Las contribuciones de Alan Turing -en tiempo de guerra- fue el decodificar claves de los mensajes enemigos, entre otras, y con ello se ha ganado finalmente muchos años después, ahora en el centenario de su nacimiento, el honor de aparecer en una estampilla postal en el Reino Unido. Hay además un nuevo libro que detalla las contribuciones del científico inglés al desarrollo de la computación. Pero también este mismo mes, la Cámara de Representantes declinó un perdón post-mortem por un crimen al cual se le atribuyó, el de indecencia en sumo grado (Turing era homosexual), por el cual fue convicto en 1952. No solamente se le aplicó la castración química, sino que su nivel de seguridad fue eliminado y no pudo seguir trabajando para la agencia de inteligencia británica GCHQ. Dos años después, Turing se suicidó.

En una petición previa, organizada por el experto en seguridad informática y autor, John Graham Cunningham, en el 2009, se solicitó el perdón post-mortem para Turing, considerando que su tratamiento fue “horripilante” además de ser “absurdamente injusto”. El primer Ministro británico Gordon Brown dijo en una declaración que el país tenía una gran deuda con Turing y probablemente esto también ha ayudado a que haya más atención popular sobre la vida y obra de este peculiar científico.

Cuando la declaración de Brown se incluyó en el documental del canal 4 celebrando la vida y obra de Turing, en noviembre del 2011, una nueva petición fue iniciada, pidiéndole al gobierno del Reino Unido que le concediera el perdón post-mortem a Alan Turing. En la Cámara de Representantes, el 2 de febrero, el Lord McNally dijo que esto ya había sido considerado en el 2009 y continuó: “Un perdón post-mortem no se consideró apropiado porque Alan Turing fue propiamente un convicto en lo que en su tiempo era una ofensa criminal. Él debió habrer sabido que su ofensa era contra la ley y que sería perseguido. Es trágico que Alan Turing fuese convicto de una ofensa que ahora vemos como cruel y absurda, particularmente considerando sus esfuerzos en tiempos de guerra. Sin embargo, la ley en ese tiempo requería que se le persiguiera y, las políticas de ese entonces estaban aceptadas y tales convicciones ocurrían en ese tiempo y, en lugar de alterar el contexto histórico y tratar de hacer lo correcto cuando no podemos ya hacer lo correcto, nos asegura que esto no pasará nunca más y que no regresaremos jamás a esos tiempos”.

En su blog, John Graham Cunningham escribió: “es interesante, al menos para mí, que se haya considerado el perdón a Turing en el 2009, asunto que no pedí. La respuesta del gobierno hace claro ver que no es apropiado considerar el perdón”.

En noviembre Graham Cunningham explicó por qué consideraba la nueva petición un error. El Gobierno aparentemente está de acuerdo con su sentir.

Quizás lo mejor es dar vuelta a la hoja en esto y celebrar al brillante matemático, aceptando su orientación sexual y esperar que a la luz de todo esto, jamás se vuelva a repetir lo que pasó en 1950.

Fuente: i-programmer