Hace muchos años, se veían películas que utilizaban un método que reconocía la cara de las personas y percibía si alguien era un impostor, era un hecho que se veía muy lejano, sin embargo, con el paso del tiempo y el desarrollo de la tecnología, esto ha dejado de ser una fantasía para volverse una realidad.
El reconocimiento facial, es una de las herramientas que se comenzó a crear desde hace un par de años, bajo la idea de ayudar a capturar a los criminales que estuvieran cometiendo el delito de implantación de identidad o que hubieran cometido alguna infracción.
Era una buena idea, pero no se había comenzado a implementar, porque había que pulir varios detalles que lo harían funcionar de manera eficaz evitando confusiones que pudieran meter a los inocentes a la cárcel.
Sin embargo, eso ha quedado en el pasado porque tal parece que todo funciona a la perfección y para ejemplificarlo, está el reciente hecho que se desarrolló en el Aeropuerto Internacional de Washington-Dulles, donde se ha atrapó a un impostor gracias al reconocimiento facial.
La situación se llevó a cabo cuando un hombre de 26 años, que era proveniente de Sao Paulo, Brasil, quiso pasar los filtros de seguridad mostrando un pasaporte francés, el cual por supuesto, no era suyo.
Esto se descubrió después de que los agentes de seguridad del aeropuerto no notaran algo raro en él, así que lo dejaron pasar hacia el sistema de tecnología biométrica donde se detectó que efectivamente no era el mismo sujeto del pasaporte.
De acuerdo a ello, se le envió a un examen secundario que consistió en una revisión hacia su equipaje y su persona, donde justamente en su zapato se encontró una identificación de la República del Congo.
De esta manera, se descubrió que el hombre en cuestión estaba tratando de ingresar al país de manera ilegal, pero al ser detenido a tiempo, se le proceso y envió de vuelta a Brasil.
Con esta acción, se demuestra la efectividad y precisión que tiene el algoritmo de detección de características faciales y lo mucho que puede ayudar en los lugares concurridos, como lo es el transporte público, centros comerciales y los aeropuertos.