Microsoft tiene el 97% del mercado, en lo que se refiere a sistemas operativos, y evidentemente en mucha medida se ha convertido en un mercado cautivo, listo para tener las nuevas versiones de Windows, el cual ha evolucionado notablemente con el tiempo. Tuvimos antes Windows XP, que marcó un cambio importante y se convirtió -sea dicho de paso- en un parteaguas en lo que era este sistema operativo-interfaz gráfica, Después llegó Windows Vista, que por alguna razón se le tachó de malo e ineficiente. Después surgió Windows 7, el cual -aunque muchos no lo crean- era un Vista “mejorado” y realmente mucho del código de Vista fue heredado en esta versión. Finalmente Microsoft anunciaría Windows 8, que prometía (o aún promete), una nueva revolución.
En el marco del evento /Build//, que se lleva a cabo en San Francisco, tuvimos la oportunidad de ver lo que nos depara Windows 8.1. Lo que fuera inicialmente la interfaz Metro (que ahora no se llama así por problemas legales de marcas), sin duda es un nuevo paradigma en cómo se usarán los sistemas operativos del futuro que ya está llegando. La nueva interfaz, basada en “tiles” (cuadros de colores sólidos con información que se despliega en cada uno de ellos, ya sea en forma de texto, fotografía o video), tiene características muy interesantes. Veamos:
Permite mucha versatilidad en cómo se presenta la información. Se pueden mover los tiles cambiar el tamaño de los mismos, la configuración de fábrica puede modificarse e incluso la imagen de fondo (background) puede ser animada. Esto hace, a la manera en como Windows 8.1 presenta las cosas, algo mucho más atractivo que en el pasado.
Un ejemplo de ello es como las búsquedas en Internet se pueden desplegar de manera mucho más elegante y no solamente como un listado de URLs que el usuario tiene que ir dando click para ver si halla la información que busca. A través del buscador de la empresa de las ventanas, Bing, las cosas de nuevo, se presentan de forma jerarquizada y por ello de nuevo, es mucho más atractivo visualmente trabajar así.
En principio, las búsquedas parece que se caracterizan desde un inicio. Para Bing no es lo mismo bucar por ejemplo, el nombre de alguien popular, un cantante, una actriz, un deportista, a buscar un tema científico o médico. Y entonces, la manera que presenta la información depende de la naturaleza de nuestra búsqueda. Esto vendría a ser una especie de búsqueda contextual, aunque en mi opinión, apenas se empieza a trabajar sobre esta vertiente.
Con respecto al hacer varias tareas a la vez, al llamado multitasking, ahora Windows 8.1 no presenta ventanas que se sobreponen, sino que éstas empiezan a dividir poco a poco la pantalla de acuerdo -una vez más- de lo que estemos haciendo. Por ejemplo, podemos abrir el correo y de ahí dar click a una imagen que podía venir embebida en el mismo. A partir de ahí, se abre el navegador para mostrarnos la imagen y si pedimos más, se abre una ventana a la derecha de la anterior, mostrando más información relevante, Así, no hay una ventana encima de la otra, digamos que la pantalla se va dividiendo para ir acomodando la información como mejor nos parezca. Microsoft ahora nos permite manipular la interfaz como creamos más conveniente. Tenemos ahora el control completo en cómo queremos ver las cosas en la pantalla.
Cabe señalar que independientemente de todo lo dicho, ahora la interfaz es muy suave, muy amable. Sus animaciones y transiciones la hacen “divertida” de usar. ¿Alguien antes había pensado en esto? Es decir, ¿que la interfaz con el usuario resultara divertida? Pues esto es lo que -además de ser muy eficiente en lo que se refiere al uso de los recursos- es Windows 8.1 en un primer paseo por dicha interfaz.
Pero quizás, además de la interfaz, queda la integración de todos los servicios y en donde la interfaz se ve idéntica ya sea en el teléfono o en la computadora de escritorio e incluso, en una tablet. Esa integración, que empieza por esto que hemos mencionado, habla de que todo está pensado en torno de cómo Microsoft quiere las cosas. Solamente habrá que esperar a que el público decida tomarlo o rechazarlo. Tiempo al tiempo.
Referencias: