Pues bien, ahora se sabe que en la mayoría de los elevadores instalados desde 1990, el botón de “cerrar puerta” no tiene efecto real. Los ingenieros de los elevadores Otis confirmaron este hecho al Wall Street Journal en 1993.
Similarmente, la mayoría de los termostatos que hay en algunas oficinas, no sirven para nada. Están diseñados para darle a los trabajadores la ilusión de tener algún tipo de control.
En el 2004 el New York Times reportó que más de 2500 de los 3250 botones en las esquinas para que los transeúntes tengan derecho de cruce en las calles, en Nueva York, no hacen nada. La ciudad desactivó la mayoría de los botones para los que van a pie hace ya mucho tiempo, desde que emergieron los sistemas computarizados de control de señales de tránsito. Aún así, millones de personas en Nueva York siguen presionando estos botones pensando que con ello le dicen al sistema de semáforos que quieren cruzar.
Fuente: Futility Closet