Cuando nos subimos a una avión pensamos muchas cosas, como en cuestiones de seguridad, si los pilotos están bien capacitados e incluso podemos llegar a pensar que ese puede ser el último vuelo en el que estemos porque pueda suceder algún percance. El avión es el medio de transporte más seguro del mundo, según las estadísticas que existen; no obstante, son vulnerables a un sin fin de fallas.
La tecnología ha avanzado de forma tal que los artefactos que surcan los aires cada vez son más modernos e integran más tecnología y por ende es un poco más complejo repararlos. Es por esto que las aerolíneas deben de echar mano de todo tipo de materiales y tecnologías para poder amortizar las reparaciones.
Boeing, la famosa compañía constructora de aeronaves, ha comenzado a utilizar partes impresas en 3D para la reparación de aviones. Estas partes han tenido que pasar por un riguroso proceso de validación y calidad por parte de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, la organización que se encarga de regular todo lo relacionado con temas aéreos del gobierno del vecino del norte.
Estas partes han sido utilizadas en un inicio para el avión 787 Dreamliner, una unidad de tamaño mediano con capacidad para hasta 323 pasajeros dependiendo de la configuración que elija la aerolínea.
La compañía se ha decidido por probar este tipo de partes debido a que las originales, construidas en titanio, elevan en gran medida el costo de su fabricación y con las partes impresas en 3D los costos bajan significativamente.
Cada día son más la compañías que se decantan por utilizar este tipo de partes en sus productos y servicios debido a la gran economía que representa su fabricación en comparación a las piezas originales que llevaba en un inicio.