El bloqueo a Twitter se mantuvo por varios días, hasta que una corte ordenó que esta restricción debía ser levantada, lo que devolvió el acceso a esa red social de forma temporal.
Cuando la información que se filtró en ese país comenzó a esparcirse (y su contenido revelaba un supuesto caso de profunda corrupción al interior del gobierno turco), las medidas de bloqueo comenzaron a esparcirse, pero no se esperaba que un portal de trascendencia mundial como YouTube llegara a ser afectado.
El propio presidente de Turquía, Abdullah Gül, dijo la semana pasada que “Facebook y YouTube son aceptadas en todo el mundo, y su bloqueo no puede estar en discusión”. Esto llevó a pensar que las redes sociales mencionadas permanecerían intactas, pero todo cambió el día de hoy.
Ya que el escándalo – que sucede en la etapa previa a la época electoral en Turquía – implicó a importantes miembros gubernamentales y se volvió más complejo cuando grabaciones secretas del gobierno se publicaron en medios como YouTube, el bloqueo se tornó inminente, coartando la libertad de expresión en ese país.
Por ahora no se sabe cuál será el destino de YouTube en Turquía. Sólo resta esperar a ver cómo se desenvuelven los hechos y mantenerse al tanto de la respuesta de los propios usuarios que ya han encontrado formas de ingresar al servicio de video desde dispositivos móviles por medio de proxy.