Seguramente has escuchado hablar sobre Internet de las Cosas, un concepto que se refiere a la interconexión digital de objetos cotidianos con Internet. El término ha ganado fuerza y relevancia a nivel mundial, aunque muchos siguen sin comprender lo que realmente implica su evolución e implementación.
Cualquiera podría pensar que la premisa principal de Internet de las Cosas, implica que los objetos cotidianos estén conectados a la red, pero va mucho más allá de eso. Es más complejo que solamente tener televisiones, smartphones y wearables conectados a Internet, aunque también son parte de eso.
Ahora, la tendencia tecnológica apuesta a que todo se registre en la nube y sea parte de la red. Por ejemplo, ¿imaginas un espejo inteligente que te de consejos de belleza, analice tu cutis y haga un pronóstico de tu edad?, o ¿has pensado en un excusado dispuesto a valorar tu orina con el fin de brindarte datos sobre tu salud y recomendaciones alimentarias? Eso quizá aún no exista, pero estaría increíble que así lo fuera.
Sin embargo, por muy abstracto y ficticio que pudiera llegar a sonar, como si se tratara de un episodio de Black Mirror, la tecnología avanza a pasos agigantados y todo lo que pensemos como inalcanzable, está a la vuelta de la esquina.
Por supuesto, la idea de Internet de las Cosas, no es del todo nueva, pues ya desde hace décadas se han hecho grandes esfuerzos por hacer más interactivos todos aquellos objetos de uso cotidiano, pero lo que sí es nuevo es el alcance a sectores inimaginables, como en cuestiones de seguridad, salud, educación, movilidad o hasta en el sector empresarial.
Las relaciones entre los objetos y las personas, incluso entre los objetos directamente, han ido revolucionando por completo debido al concepto de Internet de las Cosas. Gracias a la interconectividad, la digitalización del mundo físico se está convirtiendo en realidad.
Bastará con integrar chips de pocos milímetros y sensores para permitir que cualquier objeto del hogar, trabajo, o ciudad procese y transmita información todo el tiempo. Esto con el fin de que los ciudadanos tengan la posibilidad de gozar de ciertos servicios y aplicaciones inteligentes sin precedentes, al igual que los empresarios puedan sacar mayor provecho.
En México, hay compañías como AT&T que apuestan por la innovación y la evolución de ciudades inteligentes, específicamente en el área de negocios. Recientemente, visitamos el nuevo Centro de Experiencia Empresarial, el cual se trata de un espacio único donde las empresas tendrán la oportunidad de conocer lo último en soluciones de Internet de las Cosas.
Sin duda, esta tendencia es algo a lo que nos deberíamos adaptar, pues el futuro está en eso. Los negocios, sin importar su magnitud, podrían ampliar sus oportunidades y posibilidades, teniendo un mayor alcance y menos riesgos.