Ayer la ciudad de Manchester, Inglaterra fue blanco de un atentado terrorista que dejó más de 22 muertos y 50 heridos hasta el momento. Y es que a pesar de que las autoridades han arrestado a un hombre supuestamente involucrado con el ataque, ha sido el grupo terrorista ISIS quien se ha adjudicado el atentado de la noche de ayer.
Amber Rudd, Ministro del Interior del Reino Unido, ya había levantado la polémica el pasado mes de marzo después de que un hombre asesinara a varias personas con su auto en lo que fue calificado como otro ataque terrorista en el parlamento inglés en Westminster. Para Rudd, era inaudito que una empresa como WhatsApp no quisiera colaborar con el gobierno británico quitando el cifrado de los mensajes dentro de las conversaciones, alegando que Whatsapp y Telegram se habían vuelto la casa perfecta para los terroristas del medio oriente.
En aquel momento se habló acerca de una pista digital que dejó el hombre del atentado de Westminster a la que no se podía acceder debido al cifrado, y hoy se acusa a Telegram de haber sido la herramienta de comunicación entre los terroristas del atentado de Manchester.
Telegram es una de las aplicaciones más seguras en este momento, incluso presume de tener un cifrado mucho más avanzado que el utilizado por WhatsApp, misma razón por la que la policía no puede acceder a las conversaciones de los sospechosos y detenidos, por lo que Reino Unido quiere que estos servicios desactiven el cifrado de punto a punto por cuestiones de seguridad nacional.
Telegram se defiende
La ventaja del cifrado de extremo a extremo es que nadie, ni siquiera Telegram tiene acceso a los mensajes en las conversaciones de los usuarios. Para proteger los datos que no están cubiertos por el cifrado de extremo a extremo, Telegrama utiliza una infraestructura llamada Nube de Chat, que son datos almacenados en múltiples centros de datos en todo el mundo que a su vez son controlados por diferentes entidades legales, en diversas jurisdicciones.
Las claves de descifrado pertinentes se dividen en partes y nunca se mantienen en el mismo lugar que los datos que se protegen. Como resultado, se requieren varias órdenes de los tribunales de distintas jurisdicciones para forzar a Telegram a dar los datos asegurados.
Gracias a esta estructura, no solo el gobierno, empresas o países afines pueden entrometerse en la privacidad y la libertad de expresión de las personas. Pero Telegram puede ser obligado a renunciar a los datos sólo si se trata de un problema grave y lo suficientemente universal como para pasar el escrutinio de diferentes sistemas legales de todo el mundo.
De cualquier manera, el hecho de que Telegram pueda (en un caso muy especial) dar los datos no cifrados, o bien intente ser obligada a quitar la encriptación de los mensajes, la empresa ha dicho que grupos terroristas como ISIS encontrarán la manera de seguir intercambiando información de forma segura y anónima, por lo que violar la encriptación de las aplicaciones de mensajería no es la solución a estos problemas.
De hecho, la misma empresa ha mencionado que cualquier desarrollador podría crear sus propias aplicaciones de mensajería exclusivas para miembros de ISIS, y no por eso tendrían que instalarse desde la tienda de Google o Apple, pues ya hay varias sospechas de que ISIS tiene su propia herramienta de comunicación desde el año 2016.
La privacidad por la “seguridad”
A lo que Telegram quiere llegar es que el hecho de crear una puerta trasera para que las agencias de seguridad internacional tengan acceso “exclusivo” a las conversaciones de los usuarios solo es un golpe para la privacidad de los ciudadanos, probarlo no llevaría mucho tiempo, y es que bien el gobierno podría detener personas con ideas religiosas radicales, pero no por eso capaces de ejecutar un ataque terrorista, podría voltear la mirada a donde hay movimiento, pero no a donde está el enemigo.
Que WhatsApp y Telegram dejen de ser seguras solo nos quita, pero no asegura nada, este hecho probablemente no detendrá los próximos ataques terroristas, no en un mundo con tantas herramientas tecnológicas y digitales que permiten la comunicación, pero si podría permitir más adelante que cualquier persona con creencias religiosas musulmanas sean sospechosos de terrorismo, que sean investigados y porque no, detenidos con tal de garantizar la “seguridad nacional”.
Reino Unido podría ser el primer grupo de países donde se prohíba utilizar este tipo de servicios a no ser que eliminen el cifrado de extremo a extremo de estos servicios, por lo que de ser aprobado, podría extenderse a otras potencias del mundo.