Después de los sismos que ocurrieron los días 7 y 19 de septiembre en la República Mexicana, la sociedad se encuentra en un estado latente de emergencia en el no deja de existir la incertidumbre ante situaciones inmanejables. Debido a las consecuencias generadas por ambos fenómenos naturales, es completamente normal que al escuchar una alerta sísmica, reaccionemos con miedo.
Sin embargo, parece ser que existen personas que carecen de consciencia y piensan que sería simpático o divertido hacer bromas emitiendo una falsa alerta sísmica desde la ventana de un edificio escondidos para generar pánico. Los responsables, identificados como Aaron, Josué Alberto y Jonathan, colocaron una bocina cerca en la calle e hicieron sonar la alarma con el fin de aterrar a las personas que se encontraban cerca.
Evidentemente, los vecinos desalojaron sus viviendas y se mantuvieron en la calle durante algunos minutos, mientras los jóvenes reían y presumían la acción.
(Si vas a ver el video de la broma, te recomendamos que utilices auriculares para no generar pánico en tu entorno)
Por supuesto, nos viene una interrogante muy importante: “¿Existe algún tipo de sanción por utilizar incorrectamente la alerta sísmica?”. En el año 2015 se activó la alerta sísmica después de las 00:00 para dar un aviso sobre una mujer que había desaparecido, lo que generó pánico en la Ciudad de México. Como consecuencia, el gobierno de la CDMX declaró que debía haber arresto por 36 horas de los responsables.
A través de la Consejería de la Ciudad de México, el artículo 25 considera que amerita una infracción el proferir voces, realizar actos que constituyan falsas alarmas de siniestros o que puedan producir el temor o pánico colectivo. El castigo ante la falta podría llegar a ser de $1585.29.00 MXN a $2,264.70 MXN o 36 horas de prisión.
Si conoces a alguien que esté haciendo una broma de tal índole, puedes denunciarlo a los teléfonos de emergencia como el 911 o asistir directamente a las oficinas de la Consejería Jurídica de la CDMX.
Es importante saber diferenciar el humor y las bromas inocentes, a las acciones que podrían incluso provocar la muerte, por lo que no hay que malinterpretar que esta restricción se trate de alguna cuestión opresora del estado; simple y llanamente se implementa para impulsar el bien común.
Todo cobra sentido si nos ponemos a pensar en que el pasado sábado 23 de septiembre, dos personas fallecieron de un paro cardiaco por haber escuchado la alerta sísimica, mientras que un individuo saltó de un segundo piso en el mismo evento. De por sí, esta situación se trataba de un fenómeno real, así que evitemos bromas que no son graciosas y sólo denotan la ignorancia y la carencia de consciencia.
Referencia: Gaceta Oficial de la CDMX