La búsqueda de un arma láser que pueda ser usada de manera efectiva en combate inició hace 50 años con la invención de este haz de luz dirigido. Sin embargo, hasta hace poco, el interés en este tipo de tecnologías se incrementó al ver la más reciente invención de Northrop Grumman, el FireStrike Gamma, un arma capaz de perforar placas de acero con un rayo dirigido que resultaría mortal en cualquier combate entre aeronaves, navíos de guerra o combate terrestre.
La compañía americana especializada en tecnologías avanzadas para la creación de armas desarrolló el GAMMA, un haz de luz de alta energía concentrada que podría detener un misil nuclear. El sistema funcionada por medio de una lente similar a la de un microscopio que dirige una luz que utiliza neodimio o cromio para fomentar que los fotones dentro del haz comiencen un efecto de cascada que se mueve en la misma dirección para generar un láser.
La energía que utiliza el Firestrike es de 13.3 kilowatts para generar un rayo por 1.5 horas. El sistema sólo podría ser utilizado por aeronaves o navíos de guerra debido al tremendo peso de este dispositivo ( 227 kg) por lo que su uso en armas personales no se verá dentro de unos 50 años más.
El sistema puede ser escalado para maximizar su daño al conectar varios dispositivos y combinar su poder destructivo. Según Northrop Grumman, la compañía responsable de este proyecto, un sólo láser es capaz de perforar placas de acero con blindaje reactivo activado.
Los esfuerzos hechos por parte de las fuerzas armadas en conseguir un reemplazo digno de las armas modernas a base de ignición de pólvora u otros químicos ha sido ardua. La guerra con láser parece acercarse cada día más. Sin embargo, aún falta mucho para poder ver encarnizadas batallas libradas por comandos armados con armas de pulsos de energía y vehículos blindados que disparan haces de luz.
Actualmente, las armas utilizadas para incapacitar diferentes vehículos utilizan cargas huecas o de uranio empobrecido que a la larga tienen efectos secundarios en las tropas que las emplean. Las radiaciones emitidas durante un combate entre blindados generan en el personal diferentes exposiciones a radiación, deformidad o síndrome de estrés postraumático, por lo que el reemplazo de estos sistemas de armas se presume imperantemente necesario para mejorar la seguridad de los soldados durante el combate.
El blindaje reactivo suele venir en forma de módulos individuales de explosivo plástico dispuestos sobre el blindaje tradicional del vehículo que ‘reaccionan’ ante un impacto al implosionar y disminuir su daño en el área que están cubriendo.