El modelo de negocios de iPhone, que de alguna manera logró que los desarrolladores tuviesen una especie de portal donde pudiesen vender sus programas sin necesidad de preocuparse incluso de la piratería, parecía una gran idea. Apple, desde que estaba Jobs, impuso una serie de reglamentaciones para crear apps para su tienda virtual, y se dice que no está nunca claro cuáles son las políticas de la empresa de la manzana para aceptar o rechazar un programa. Lo que ahora parece, después de algunos años, es que la App Store no es el paraíso. Ahora, por ejemplo, han rechazado una app por ser muy simple.
Pero qué es al final de cuentas una app simple. ¿Flappy Bird no lo es? ¿Qué criterio es el que se establece entonces? Todo parece ser una cuestión de quién dice lo que es simple y lo que no lo es. Igualmente, muchos programadores no tienen acceso a la tienda virtual de Apple por oscuras razones que muchas veces no tienen explicación.
La pieza de software que Apple rechazó esta vez tiene el nombre de Hueman Collective., la cual indican sus desarrolladores: “se hizo en un largo fin de semana por desarrolladores, diseñadores, músicos y artistas. Nuestra meta era simplemente poner las cosas juntas un fin de semana, cualquier cosa”.
La app que crearon fue una especie de buscador de felicidad. Uno simplemente pone su concepción del día de hoy, de qué tan feliz se siente, comparado con el día anterior. La app solamente necesita un par de segundos por día y eventualmente le permite a los usuarios cómo ha fluctuado “su nivel” de felicidad en el tiempo. No es una idea compleja evidentemente, pero la app fue implementada como dos vistas webs simples: la pantalla de inicio y la gráfica. Se necesita que funcione en un teléfono porque guarda la información en el mismo. Se planea que con el tiempo se añadan más posibilidades dentro del iOS.
Apple rechazó la app diciendo: “Encontramos que su app solamente da una muy limitada cantidad de características. Solamente funciona una vez al día. Y sí, valoramos la simplicidad, pero consideramos que la simplicidad no debe ser complicada, pero no estar limitada en características y funcionalidad”.
Es curioso, porque hay un sinfín de apps que no hacen prácticamente nada, por ejemplo, la que hace que el teléfono se convierta en una linterna o bien, alguna de esas apps que son simples bromas, como el vaso de cerveza que se simula en la pantalla del teléfono. Este par de ejemplos nos hace pensar que no está muy claro qué significa simple para Apple.
Finalmente podemos entender que sí, esa app que fue rechazada suena muy simple, pero ¿y qué? Cada quien sabrá si la usa o no, ¿verdad? Eso es lo que le da el valor a una app. Entonces, ¿por qué rechazarla? ¿No exagera Apple? ¿No debería publicar claramente los lineamientos sobre qué app son susceptibles de ser aceptadas y cuáles no?
Referencias: