Esto sucede gracias al juicio legal por las patentes, que derivó de una demanda de Apple contra Motorola presentada en 2010. Para manejar la situación, el abogado de Motorola respondió a la demanda del juez que “los empleados de Google y los documentos no se encuentran en posesión, custodia o control de Motorola, y que Motorola no puede obligar a Google a presentar documentos o testigos”.
La petición del juez para que Google dé información clave de su trabajo en el sistema operativo Android suena difícil de cumplir, sobre todo cuando ésta llegaría a manos de un competidor directo de ambas compañías, tanto en el mercado de los smartphones como en el de las tabletas.
Hace unos días, Motorola anunció que seguirá funcionando como una entidad independiente tras su adquisición por Google, y que su operación no tendrá grandes cambios dado que Google tiene el ojo puesto en el portafolio de patentes que obtendrá tras la compra, no en el resto de la compañía.
Será complicado que la petición del juez se cumpla sin que las dos empresas afectadas den batalla antes de hacerlo.
Fuente: Bloomberg