A menos de dos años de la tragedia nuclear más importante de esta década, el espectro atómico de Fukushima ha dejado caer sus garras sobre la naturaleza al mutar el ADN de las mariposas locales haciéndolas mutar en una variación jamás antes vista. Los expertos opinan que la radiación causada por la falla en los reactores de esta región han afectado al 12% de los especímenes examinados por la Universidad de Ryukyus, cerca de Okinawa.
Según un reporte publicado en la versión semanal de Science Reports, algunos ejemplares de las mariposas del pasto azul pálido han presentado severas deformaciones físicas como resultado de la exposición a la radiación nuclear del desastre ocurrido en la central nuclear de Fukushima el 11 de marzo de 2011.
Las mutaciones van desde vistosos nuevos patrones de camuflaje hasta patas torcidas, antenas inservibles y discapacidades que no permiten salir a la mariposa de su crisálida. A pesar de que los niveles de radiación son bajos, las mutaciones en el ADN de los animales aledaños se ha dejado ver desde los últimos meses causando un revuelo en la comunidad científica del Japón que advierte los peligros de mutación en humanos que habiten zonas aledañas.
Mientras los insectos sigan alimentándose de la flora que circunda las inmediaciones de la planta nuclear, las variaciones en sus estructuras continuarán hasta crear una especie nueva que depredará a las otras o simplemente se extinguirá enseguida debido a fuertes anomalías en su crecimiento.
Parece que los estragos de la energía nuclear se seguirán viendo en décadas por venir. Sólo esperamos que aún estemos a tiempo de salvar a nuestro planeta y las especies que lo habitan —incluyéndonos.
Referencias: