En el 2004, durante el gobierno de Vicente Fox, fue anunciado el programa del “Apagón Analógico” que se llevaría a cabo para el 2021. Sin embargo, durante la administración de Felipe Calderón, esta fecha se adelantó al 2015. Peña Nieto parece que se tomó en serio la tarea y después de varias ciudades ya “convertidas” la fecha límite es el 31 de diciembre. A bajar el switch. Ya no habrá más “tele de antes”.
¿Por qué se hace esto? La primer lectura es porque se busca una mayor eficiencia en el uso y aprovechamiento del espectro radioeléctrico, ya que por las mismas frecuencias que ahora llegan “El Canal de las Estrellas” y otros, se podrán ofrecer servicios de telecomunicaciones (datos, internet de banda ancha) y llegar a básicamente todo el territorio. La segunda lectura es, obvio, el generoso negocio que representa para el gobierno subastar dichas frecuencias.
Todo bien, o al menos eso parece. El único problema es que las televisiones “de antes” no soportan este nuevo formato digital y en cuanto se apaga el switch “analógico” en cada ciudad, ya no se pueden ver más los canales locales de televisión abierta. ¿Quién no puede verlos? Primero, las personas con posibilidades económicas que han decidido no contratar ningún servicio de televisión de paga. Esos son los que menos llaman la atención, ya que pueden seguir “viendo la tele” si se compran una nueva con sintonizador digital o contratan Izzi, Sky, TotalPlay, etc.
La población más afectada es, adivinaste, la que tiene menos recursos económicos. Aquellas familias en donde hay sólo un aparato de televisión por casa y donde no hay ningún gadget tecnológico de moda ni mucho menos suscripción a servicios de paga. Para ellos, el gobierno lleva gastados 19 mil millones de pesos para regalar “pantallas” listas para la señal digital, que, por cierto, no están nada mal. No hablaré de si es correcto o no que el gobierno “regale” lo que sea, pues no es su principal función, pero digamos que aquí se mezcla la política con todo lo demás. Así es que estas pantallas ya son un hecho en millones de hogares mexicanos. ¿Cuántas son? He encontrado datos muy diversos, algunos apuntan a 5 y otros a 13 millones.
¿Ya con la nueva tele todo funciona?
Resulta que no. Y este dato fue lo que motivó esta columna. La persona que nos ayuda en casa es originaria de una población a un par de horas de la ciudad de Puebla. Un día en la plática salió al tema esto de las “nuevas teles” y me comentó que efectivamente, que algunos vecinos de su comunidad ya tienen las nuevas pantallas “que les dio el gobierno” pero que “no se ve nada”. Después de preguntarle si ya hicieron el “escaneo” de canales y demás, me confirmó que “todos están igual, en las casas están las pantallas, pero a nadie le funciona”.
Continuó “de por sí lo que más se ve ahí son el 13 y el 7, porque los demás canales llegan muy mal”. Así las cosas, ahora que tienen sus flamantes nuevas pantallas, lo que no hay es señal digital hasta su población. ¿Alguien ha hablado de eso? ¿Cuándo recibirán señal? Quién sabe. No me había puesto a pensar en ese detalle hasta que me lo comentaron hace un par de días. Así es que para esta gente –y tal vez para muchos otros miles de mexicanos- pues el día del apagón analógico ya no habrá nada que hacer, ni con tele vieja ni con pantalla nueva.
El uso del convertidor
Posiblemente ya hayas visto este video donde “unboexamos” un convertidor que compramos en un centro comercial. De hecho compramos el único que había porque por todos lados están escasos. La verdad la experiencia fue interesante y al final el resultado obtenido es bueno, es decir, de una vieja tele que apenas si se veía porque no tenía buena recepción, con este convertidor recibió una segunda oportunidad y seguramente continuará funcionando por años.
Así las cosas. El apagón ya es un hecho y todos tendremos que ajustarnos a las nuevas tecnologías, por las buenas o por las malas. Eso, claro, si hay señal en donde vivimos.
Imagen: Underworld / Shutterstock