En 2018, Anthony Bourdain, una de las personalidades más influyentes del mundo de la gastronomía y exploración cultural, se quitó la vida mientras se hospedaba en el hotel Le Chambard en Francia.
Desde que su libro Kitchen Confidential: Adventures in the Culinary Underbelly se convirtió en bestseller en 2000, Bourdain fue una figura referencial que poco a poco se fue colocando en la televisión gracias a shows como A Cook’s Tour y Anthony Bourdain: No Reservations, y la historia de su vida es el centro de un nuevo documental llamado Roadrunner, dirigido por el ganador del Oscar Morgan Neville.
La narrativa del documental es guiada por el mismo Bourdain a través de archivos de audio que se rescataron de diversas apariciones que tuvo el chef en cine, televisión, audiolibros, radio y podcasts a lo largo de su vida, de manera que al final se contó con más de una docena de horas de audio.
Sin embargo, hay una parte de Roadrunner en la que Neville decidió que debía contarse con la voz de Bourdain, aún si no existía el audio correspondiente, pues dentro de su visión era importante escucharlo leyendo un email que el chef envió al artista David Choe.
En entrevista con The New Yorker, Neville dijo que en total fueron tres frases de Bourdain las que quería convertidas en audio para efectos de narrativa, y que al no existir los archivos correspondientes acudió a una firma de software que recreó la voz del chef con implementación de inteligencia artificial.
Asimismo, Neville dijo en entrevista diversa con GQ que fue necesario alimentar el software con más de 10 horas de la voz de Bourdain para tener un modelo de inteligencia artificial de calidad.
La decisión del cineasta no ha sido del todo bien vista. IndieWire acota que el crítico de cine Sean Burns dijo desconocer que la voz de Bourdain había sido recreada por un programa al momento de elaborar su reseña y señaló que esa decisión dice todo lo que se necesita saber sobre la ética de la gente responsable del filme.
Neville dijo que el panel sobre ética documental puede tener lugar después.
No es la primera vez que el empleo de tecnología para resucitar artistas en el cine genera controversia. Tan solo recordemos la discusión que detonó Rogue One: A Star Wars Story, filme estrenado en 2016 que contó con una versión 100% digital de Peter Cushing, fallecido en 1994, para tener en pantalla a su personaje Moff Tarkin, a quien vimos por primera vez en la original Star Wars de 1977.