La milicia norteamericana es quizás el organismo bélico que más dinero tiene por año en el planeta. Los norteamericanos finalmente han llevado a sus soldados a todos los lugares en donde “la libertad y los principios del bien están en riesgo”, queriendo portarse como el policía del mundo, con lamentables resultados por lo general. Por ello desarrollan investigaciones contínuamente sobre nuevas armas con todo tipo de principios físicos, entre los que destacan las microondas. Curiosamente, en 50 años no han podido sacar un arma que —digamos— lance rayos de microondas para causar daños a los seres humanos, aunque sea temporalmente.
Este parece ser el resultado de las investigaciones que durante 50 años ha hecho la milicia norteamericana. Se ha buscado hacer armas intentando sacar el potencial de calor que las microondas tienen pero sin éxito. Por ejemplo, en octubre de 2007 se hizo una demostración en donde se intentaba evidenciar el potencial de dichas armas. El prototipo era un arma no letal que emitía un rayo de microondas a 95 GigaHertz. Este tipo de radiación no penetra más de medio milímetro en la piel por lo que, se suponía, el rayo enviaría suficiente calor para generar una sensación de quemazón para cualquiera que apareciera en la trayectoria del rayo, forzándolo a moverse, pero sin causar, al menos en teoría, daños permanentes.
Sin embargo, el día de la prueba fue frío y lluvioso. Las gotas de agua en el aire hicieron lo que la humedad hace siempre: absorbieron las microondas. Cuando los reporteros voluntarios se expusieron al rayo en cuestión, encontraron que —tal vez por las específicas condiciones de ese día— sintieran que el calor emitido fuese muy agradable. Esta misma historia en otras áreas del desarrollo de armas de microondas se repitió sin resultados considerables.
En Estados Unidos se han gastado unos 47 millones de dólares por año en este tema pero sin progresos notables. “Hay mucho humo y espejos”, dice Peter Zimmerman, un físico nuclear emérito en el King’s College de Londres y jefe de la Agencia de Control de Armas y Desarme, en Washington DC.
Y aunque pudiese haber algún progreso y eventualmente salir con un arma que funcionara con rayos de microondas, Zimmerman indica que “no encuentro aún cómo hacer un arma útil, funcional”.
Referencias: Slashdot