Si he hablado últimamente del asunto de hacer respaldos es porque un disco duro (mi disco de arranque en Windows), pasó a mejor vida. Algo se dañó y aunque puedo recuperar información de muchas carpetas, otras aparentemente están inaccesibles. Afortunadamente, parte de mi trabajo está respaldado en la nube, con Mozy, pero, desafortunadamente, solamente tengo dos gigabytes en mi cuenta gratuita. No lo pensé en ese entonces, pero quizás debí haber comprado por menos de 7 dólares al mes, unos 50 GB de almacenamiento y vivir así menos estresado. Pero bueno, las cosas están así y ahora hay que tomar acciones heróicas como usar estos programas que buscan recuperar la información que está en el disco dañado pero inaccesible. Aparte de Mozy hay otros proveedores de servicios que nos permiten guardar información en la nube. Uno de ellos es Google Drive y considerando el tamaño de la empresa que da este servicio, bien podría ser una solución.

Google Drive permite guardar 15 GBytes de forma gratuita, lo cual es una ventaja de más del 700% con respecto a lo que ofrece Mozy por una cuenta sin costo. Usar Google Drive parece fácil. Solamente hay que crear una cuenta en drive.google.com (aunque si se tiene una cuenta de gmail las cosas funcionan), instalar Google Drive en la computadora (o bien un dispositivo Android o iOS), subir los archivos a Google Drive y sincronizarlos. Esto último quiere decir que siempre se tiene la última versión de los archivos, por ejemplo, cuando hacemos modificaciones, Google Drive se dará cuenta de que hubo cambios y se actualizará el archivo en cuestión de forma automática.

Este sistema parece tener ventajas significativas frente a otros, porque plantea una especie de disco virtual, que se comporta como si estuviese instalado en nuestra máquina. Por ello, se puede crear y añador y subir archivos con un solo botón, por ejemplo, o hacer click sobre un archivo para seleccionarlo y doble click sobre el mismo para abrirlo. Se pueden arrastrar y soltar archivos y carpetas a Google Drive como lo hacemos en la computadora.

Pero ¿qué pasa si necesito más espacio en Google Drive, si 15 GB no son suficientes? Pues hay manera de comprar y administrar los planes de almacenamiento, el cual puedes cambiarlo o si ya no tienes necesidad de tanto espacio de almacenamiento, regresar al plan original gratuito, etcétera. Los costos son razonables. Por ejemplo, 100 GB cuestan 1.99 dólares por mes. 1 TB cuesta 9.99 dólares mensuales. 10 TB cuestan 99.99 dólares mensuales, y así, sube 100 dólares por cada 1000 terabytes extra que se quieran contratar.

Lo empecé a probar y vía una página web se puede ver el drive virtual. Es obvio que si quieren mandar a esta unidad archivos grandes, las cosas pueden ser relativamente lentas, pero no es problema, se deja a Google Drive que vaya subiendo los archivos y listo, seguimos trabajando mientras en otra cosa.  Si hablamos de precio, en cambio, su comparamos Mozy con Google Drive, este último es mucho más barato, 2 dólares por 100 GB en Google contra 7 dólares por 50 GB de Mozy. Pero como sea, lo importante aquí no es tanto qué empresa es la que les da el servicio de respaldo, sino que respalden su información valiosa. Desde luego que hay que sopesar otras características, precio, accesibilidad, capacidad de sincronización, etcétera.

Ahora bien, aunque Google o Mozy, o la empresa que quieran contratar pueda respaldarles la información valiosa, vale la pena pensar en respaldar la misma información en otro tipo de medio, quizás un USB o discos compactos o DVD. La cuestión en el fondo es despreocuparse de que los datos se pueden perder por alguna razón. Vale más tener un plan de previsión. Dormirán más tranquilos, creánme.

Referencias:

Google Drive