Cuando salió el iPhone, no solamente fue un parte aguas en lo que se refiere a diseño. Creo recordar que fue el primer teléfono que tenía pantalla táctil que no necesitaba de un stylus (una pluma de plástico), para operarse. Aquí los dedos del usuario funcionaban precisamente como esta plumita y además, era mucho más poderoso todo, porque Apple había incluido una serie de movimientos de los dedos que permitían hacer “zoom” sobre lo que se veía en la pantalla entre muchos otros efectos.
Y si todo esto fuese poco, Apple incorporó la primera tienda de aplicaciones telefónicas, las cuales podían comprarse desde el teléfono, lo que permitía a la empresa dos cosas: poner más baratas las apps porque el mercado potencial era de millones de personas y además, casi eliminar la piratería, pues las apps no se pueden copiar (o al menos no puede hacerse fácilmente), de un teléfono a otro.
El modelo de negocios completo del iPhone fue tan exitoso que no tardó la competencia en imitarlo y eventualmente vimos la tienda de apps para Android, llamada Google Play, la cual tiene un modelo sino idéntico, sí muy parecido al que implantó Apple con tanto éxito.
11 años después, quiero creer, se tiene un mercado bastante maduro y estable, y hay muchas apps en las tiendas virtuales. Sin embargo, me da la impresión de que el “boom” de las mismas ha llegado a su fin. Me explico: hay por decir poco, decenas de miles de apps tanto en Apple como Android. De hecho, algunas de las apps más necesarias ya vienen pre-instaladas en Android e igualmente pasa con iOS en iPhone.
Probablemente el usuario decida cargar la app de Facebook y/o Twitter, para estar en contacto inmediato con sus redes sociales. También cargará Google Maps (si es que no lo tiene precargado) o bien Waze, para moverse con relativa facilidad por la ciudad. De hecho, es una de esas apps indispensables hoy día. ¿Y es todo? Quizás no. Puede ser que el usuario cargue el juego de moda o como es mi caso, se haga de los mejores programas de ajedrez que encuentre, incluso de paga. Pero más allá de eso, ¿qué más cosas se necesitan? No lo sé, pero me parece que a pesar de tener millones de apps por elegir, la realidad es que pocas son las que logran un gran éxito económico.
Y bueno, ya nos hemos hecho de las apps que necesitamos. Vayamos a la experiencia práctica: ¿cuántas veces usa estas apps que descargó usted, estimado/a lector/a binario de unocero? Probablemente en un inicio usaba mucho ciertas apps ¿pero ahora? ¿No dejó de usarlas? Y tengo más preguntas: ¿Cuántas nuevas apps ha descargado en el último mes o de perdida, en los últimos tres meses?
Mi punto es que todo este millonario mundo de apps (por la cantidad que hay), es como ilusorio, porque a la larga los usuarios terminarán por usar unas cuantas apps, en general las que mucha gente usa y las demás, si las utiliza, lo hará eventualmente.
Con todo lo anterior, mi conclusión es que el mercado de las apps va a la baja y el interés por seguir escribiendo este tipo de apps va a la baja también. ¿Tengo razón o s una mera percepción personal? ¿Qué opinión tienen los/las que me leen?