Alguien recuerda la última vez que le pidió su número telefónico a un nuevo amigo sin que la siguiente pregunta sea: ¿Cómo te busco en Facebook? Siendo realistas, este tipo de situaciones son mucho más comunes diariamente, aunque quizá no han acaparado a toda nuestra sociedad. De cualquier forma, es buen evaluar cómo hemos cambiado en 10 años de existencia de Facebook.
Me gusta dar “Like”
Hace años, las cosas que se compartían en pareja, entre amigos o familia eran razón de todo tipo de comentarios, pero no siempre sucedía que el primo Ramiro que hace 10 años que no veías en persona tuviera la oportunidad de decirte “Linda foto, ¿quién te la tomó?”. Hoy en día, si no recibes al menos un “like” en tu álbum sobre el último viaje a las grutas de Cacahuamilpa, no podrás evitar sentirte enfadado…molesto con el mundo. ¿O no?
Foto de baja resolución; tenemos problemas
Por la razón que sea – interés, ego, vanidad – una foto cargada a Facebook que no esté en una buena resolución es causa de molestia. Ya sea porque no puedes ver con claridad a la chica que te gusta en las fotos que se tomó en Acapulco durante el puente vacacional o porque te etiquetaron en una imagen donde no se aprecia bien tu lindo rostro, la calidad de las fotos es un serio conflicto entre personas. “¡¿Por qué no tomé la foto yo con mi Android de 20 megapíxeles?!”
¡Tengo mil ochocientos amigos!
La importancia de decir “Me considero afortunado de tener un par de verdaderos amigos” ha tomado nuevos significados en esta época. La mayoría de las personas cuentan con al menos unas cuentas docenas de amigos de Facebook, y los más “adictos”, se jactan de tener más de mil contactos agregados. “¿Conocer a cada uno de ellos en persona? ¡No! ¡Qué tal que son sicópatas o algo peor!”
Privacidad, ¿qué es eso?
Ya no es fácil declararse dueño de la privacidad personal. Desde hace años renunciamos a ello, pues con el simple hecho de “decirle” a Facebook tu nacionalidad, edad, hacer amigos y compartir algunas fotos se está poniendo al alcance de diferentes personas cualquier clase de datos sobre nuestras vidas. Basta con activar la función de ubicación en la app móvil de Facebook mientras estés en un lugar público, verás que puedes saber unas cuantas cosas personales de algunos de los peatones que caminan cerca.
Juan, ¿te enteraste de que…? Olvídalo
La inmediatez de la transmisión de información a través de Internet era de por sí sorprendente. Con Facebook, ya no sólo las noticias más relevantes de todo tipo de rubros se han vuelto populares con rapidez, sino también los eventos personales como el “nuevo novio de Diana”, la “nueva camioneta de Pedro” o “el piercing que se acaba de hacer Jaky en cierto lugar…”. Lo mismo sucede con los memes: más tardas en descubrir un chiste que te mata de risa que tus amigos en haberlo hallado y retransmitido docenas de veces.
Si no está en Facebook, no existe
Anteriormente solíamos crear un calendario de cumpleaños y otros eventos importantes de nuestros amigos y conocidos para no olvidarlos; luego, comenzamos a anotar esos sucesos en la agenda del celular para que éste nos recordara. Con Facebook ya ni siquiera nos molestamos, y cuando se nos olvida el aniversario de algo relevante, la respuesta a cualquier reclamo bien puede ser: “¿Para qué no agregas a Facebook tu cumpleaños?”, como si fuera culpa del festejado que las personas olviden su natalicio.
La red social de los padres
Ya no es fácil esconder de los padres la vida personal de uno, sobre todo cuando se tiene una edad que vaya de los 15 a los 30 años. Desde hace unos años, los adultos – quienes tienen hijos – parecen haber descubierto el potencial de Facebook, y no faltan las redes sociales “familiares” que están plagadas de imágenes motivacionales, comentarios apremiantes y consejos que, si bien son invaluables, serían mucho mejores en persona. Parece que eso ya está en el pasado.
La red social de las mascotas
Para los menos tolerantes, esto podría ser una de las más grandes desventajas existentes debido a Facebook: existe un número realmente alto de perfiles activos con nombres como “Chester”, “Fluffy” o “Pulgas” donde los dueños de mascotas suelen publicar imágenes y comentarios de su caninos, felinos y otras especies como si éstos los hubieran emitido por sí mismos. ¿Lo peor? Cuando Pulgas le comenta a Chester en su foto con un nuevo corte de pelo.
Infidelidad 2.0
Las relaciones amorosas ya no son lo mismo, y tampoco lo es la infidelidad. Entre parejas, ya no es tan difícil “poner el cuerno”; si hay voluntad de hacerlo, la red permite que no se deba estar en la misma habitación que la otra persona para cometer “adulterio” – aunque no exista contacto físico en estos casos – y, desde luego, también están los simples celos provocados por una foto, comentario o cualquier pretexto que facilite que la pareja diga “¿¿!!Quién es esa!!??”
Internet nunca – NUNCA – olvida
Finalmente está la vergüenza revolucionada por Facebook. No hay forma de que alguna persona con vida social activa haya salido ileso de las clásicas “fotos de la fiesta” en la que se agregan etiquetas de cada uno de los asistentes. ¿Cuántas anécdotas que no debían ser contadas se le deben a esta plataforma social? Peor aún: Facebook identifica automáticamente los rostros de las personas para que se etiqueten.’
¿Tú cómo crees que la vida ha cambiado desde que Facebook apareció?