Cuando la motivación es el dinero, las personas hallarán toda clase de ideas y propuestas, si es que con ellas logran hacerse de beneficios.
En este caso, un grupo de música canadiense quiere que a los creadores de contenidos se les compense por «utilidades perdidas».
De hecho, ya se pide que se ponga un impuesto a los dispositivos móviles, como el iPhone, por ejemplo. Así pues, La Screen Composer Guild de Canadá (SCGC) ha pedido que se aplique un impuesto por derechos de autor a todo aquel que use banda ancha que exceda los 15 GBytes por mes.
La razón de propuesta parece simple: quien al mes consume 15 GBytes o más, es probable que baje muchos contenidos -probablemente violando los derechos de autor.
Y hay que decirlo, ya había desde hace mucho una propuesta para poner un impuesto a los CDs vírgenes (a finales de los años 1990s), porque se presumía que quienes los adquirían era para hacer copias ilegales.
Los argumentos de la SCGC son, desde luego, muy subjetivos. Que alguien compre por ejemplo, DVDs vírgenes, no implica que quiera copiar películas que bajó de manera ilegal.
Pero para los que quieren cobrar impuestos cualquier cosa que hagan los usuarios, si se ve desde una óptica particular, bien podría servir para violar los derechos de los poseedores de dichas obras o contenidos.
Hasta se ha pedido un impuesto a los discos duros, a los teléfonos y a las tabletas por esta razón. Sin embargo, en Canadá no se ha podido cobrar semejante impuesto.
Los compositores de música argumentan que debido a que los compositores pierden dinero (regalías) en sus presentaciones públicas porque los servicios de «streaming» no pagan lo que se paga cuando se hace una transmisión tradicional.
La SCGC no es, sin embargo, la representante de las grandes estrellas de la música. Son personas que escriben música para programas de TV por ejemplo. También los hay en servicios de streaming en donde la compensación para estos autores es aún muy baja.
«Con respecto a YouTube, el cual es propiedad de Alphabet-Google, se distribuye una utilidad minúscula la cual ha sido reportada por nuestros miembros», dice la SCGC.
«Las regalías de los servicios como Amazon y Netflix van de 50 a 95% más bajas que las que se reportan por los medios tradicionales», dice la SCGC ).
Y añaden: «Las estadísticas indican que nuestros miembros veteranos pronto tendrán que buscar empleo en alguna otra parte y además, los compositores más jóvenes no tienen ya una buena esperanza de hacer de escribir música su modus vivendi«.
Por ello, la solución de la SCGC es simple: hacer que los canadienses paguen una cuota extra por usar más de 15 GBytes de datos por mes. Este dinero podría ser usado para compensar a los compositores y arreglar así lo que se llama «un agujero de valor» (value gap).
El problema con la propuesta es que el usar 15 GBytes o más no significa que esos usuarios estén usando datos que sean contenidos de ningún compositor necesariamente y además, por simple privacidad, los proveedores de Internet no podrían decirle a nadie, y menos la SCGC, en qué usan sus gigabytes descargados.
Pero para la SCGC esto no es ningún problema y piensa que 15 GBytes son más que suficientes. Quienes no quieran pagar pueden usar el correo y compartir fotos, por ejemplo. Quienes no usan estos servicios es porque probablemente están haciendo streaming.
«Cuando estás descargando más de 15 GBytes de datos al mes, es probable que estés haciendo streaming de Spotify, YouTube o Netflix. Por lo que pensamos que -debido a que muchas empresas no nos dirán sus números de acceso a estos servicios- tenemos que aplicar algún criterio y nos están forzando a ello», destaca.
La SCGC cree que este impuesto es la única opción ya que Netflix, YouTube y otros, no están pagando lo justo. Pero esto suena a licenciar derechos entre estos servicios y autores. Y la realidad es que meter a millones de canadienses en esta disputa es al menos cuestionable, particularmente cuando todas estas personas no tienen nada que ver con esta problemática.
De acuerdo con un profesor de leyes de Canadá, Michael Geist, esto significaría un doble pago (injusto) para los consumidores.
«La propuesta de la SCGC podría representar un doble pago para los consumidores, quienes ya pagan por acceder los contenidos de servicios como Spotify y Netflix y además, pagar por la transmisión del mismo contenido debido a este impuesto absurdo por el uso de datos en banda ancha», indica Geist.
La realidad es que parece que este posible impuesto no irá a ninguna parte, pero bien podría ser el inicio de una serie de discusiones para plantear estos escenarios en donde los que no reciben dinero (y creen que merecen recibirlo), plantearían posibles nuevas situaciones legales a considerar.