Los correos electrónicos son una de las herramientas digitales más utilizadas en el mundo, permitiéndonos compartir información variada, sin barreras geográficas.
Datos de Statista revelan que en 2021 había 4,147 millones de usuarios de correo electrónico a nivel global, cifra que para 2025 podría rebasar los 4,500 millones.
Solo Gmail tiene 1,800 millones de usuarios activos, siendo los Millennials el grupo que más recurre a ellos.
Pero más allá de lo fácil que han hecho nuestra vida, los emails también tienen su lado oscuro y no tan beneficioso.
Y es que este medio de comunicación y de envío de información perjudica al medio ambiente. Así como lo lees.
¿Por qué los correos electrónicos contamina la planeta?
Te preguntarás cómo es que tener una bandeja llena de correos electrónicos afecta nuestro mundo, si no es algo tangible como son los desechos sólidos.
Pues bien, aunque no lo parezca no abrir tus emails afecta severamente al medio ambiente.
Según la agencia de investigación, Grupo Radicati, al enviar, recibir o no abrir un correo electrónico implica un proceso de almacenamiento en la nube, proceso que demanda enormes cantidades de energía.
Desafortunadamente una actividad cotidiana y útil para nosotros puede ocasionar severos daños al planeta.
El Departamento de Sistemas de Información Empresarial de la Universidad de Twente, en Países Bajos, reveló información importante.
Mostró que, anualmente, el consumo de energía eléctrica de los procesadores incrementa, por lo que se estima que para 2030 ese consumo energético llegue a 353 terawatts por hora.
Y si consideramos que al día de hoy un megawatt-hora equivale a 0.423 toneladas de dióxido de carbono (CO2), los niveles de este contaminante son altos y además perjudiciales.
Es decir, si en ochos años se llega a la cantidad de energía prevista por dichos procesadores, derivaría en un aproximado de 160 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Pero los emails en tu bandeja de entrada no son los únicos que estarían contaminando al planeta.
Los mensajes que recibes a través de WhatsApp y almacenar fotos y otros contenidos en la nube también contaminan, esto gracias a la generación de gases de efecto invernadero.
A pesar de que los correos electrónicos afectan al medio ambiente, su daño sigue siendo menor en comparación con otras actividades.
Por ejemplo, con el envío de productos a través de servicios de paquetería, dada la quema de combustibles fósiles y un uso desmedido de electricidad.
Lo anterior resulta en una emoción de CO2 y perjuicios mayores al medio ambiente.