En cuestión de ser a prueba de agua, Apple afirma que sus iPhone 12 son líderes en la industria. “Ningún otro teléfono resiste tanto”, asegura.
Lanzados el año pasado, los modelos 12, 12 mini, 12 Pro y 12 Pro Max del smartphone insignia de la firma de la manzana son resistentes a las salpicaduras, al agua o al polvo, y cuentan con la clasificación IP68 que promete que si sumerges el equipo hasta por 30 minutos a una profundidad máxima de seis metros, este seguirá funcionando sin problema.
Pero estas pruebas se llevan a cabo en condiciones de laboratorio controladas. ¿Qué sucede en escenarios reales? Por ejemplo, si tu iPhone te acompañara a explorar las gélidas aguas del lago Tahoe, que se extiende por la frontera de California y Nevada, en Estados Unidos.
El medio especializado en tecnología CNET y la compañía de vehículos operados a distancia (ROV) Mission Robotics, decidieron poner a prueba estos gadgets, montando un iPhone 12 en el dron submarino de la compañía, Theseus. Éste es capaz de sumergirse hasta 300 metros, controlado por un piloto fuera del agua.
Para comenzar con el experimento, Theseus ‘nadó’ con el smartphone hasta seis metros durante media hora, con el objetivo de comprobar que la clasificación IP68 fuera correcta. De acuerdo con los sensores del dron, la temperatura a esa profundidad del lago era de 52 grados Fahrenheit.
Una vez transcurridos los 30 minutos, Theseus regresó a la superficie con el iPhone, que fue secado por el equipo y probado para saber si aún funcionaba correctamente.
“La pantalla táctil estaba bien y el control de volumen funcionó como se esperaba. Las tres cámaras (frontal, ultra ancha y ancha) se veían claras, sin evidencia de empañamiento y las fotos se veían normales”, aseguró CNET.
“Grabamos una nota de voz antes de sumergir el teléfono y pudimos escuchar que el altavoz sonaba un poco sucio en comparación a antes de la primera inmersión”, agregó. Tal vez “eso habría mejorado después de dejar que se seque por más tiempo”.
Tras esta primera prueba, el grupo preparó al smartphone y a Theseus para volverse a sumergir en el lago Tahoe. En su segundo experimento, CNET y Mission Robotics buscaron llevar el iPhone 12 a profundidades más extremas.
El dron y el teléfono llegaron hasta 20 metros bajo el agua, más de tres veces la profundidad máxima que indica la clasificación. La temperatura del agua a esta profundidad era de 50 grados, según el sistema de Theseus.
Una vez que el segundo ‘nado’ del iPhone y el dron alcanzó los 40 minutos, estos salieron del lago para ser secados y revisados por el equipo.
«Sorprendentemente, todo funcionó con normalidad. La pantalla respondía, los botones de volumen y encendido funcionaban, y las dos cámaras también funcionaban. El altavoz aún sonaba sucio al reproducir la nota de voz, pero aún era audible”, dijo CNET.
A partir de este segundo experimento, se decidió dejar al iPhone descansar y secarse durante 72 horas. El grupo pretendía hacer otra prueba pasado este tiempo, sin embargo, llegado el momento, la pantalla del iPhone 12 mostró un mensaje de diagnóstico.
“Después de intentar pasar el mensaje de diagnóstico varias veces, conectamos el iPhone 12 a una MacBook para ver si podíamos restablecer el dispositivo. Funcionó, pero aún así no pudimos pasar de las pantallas de diagnóstico. Si bien no tenemos forma de saber exactamente qué causó este error, es posible que haya sido un daño prolongado por el agua, el cambio de temperatura, o una combinación de ambos”, concluye el medio.
Estas pruebas apuntan a que el iPhone 12 cumple con la afirmación del IP68 e incluso podría soportar aguas más profundas, pero como todos los dispositivos electrónicos, tiene un límite.
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