Hablar de Nokia y su impacto en la industria móvil de la primera mitad de los dosmiles es hablar de equipos que se instalaron en la memoria colectiva, como el Nokia 3310 (vigente en el lenguaje web gracias a a la abundancia de memes centrados en su resistencia), o de dispositivos que llevaron el concepto de teléfono más allá de lo que habitualmente se relacionaba a él, como el N-Gage (del que hablamos a detalle en este enlace).
Nokia pasó una buena parte de ese período averiguando maneras de romper esquemas, aún si eso significaba proponer modelos que en realidad no eran orgánicos en su uso cotidiano.
Uno de esos modelos habría sido el Nokia 7700, un dispositivo con el que la firma finlandesa buscaba un enfoque multitask que incluyera la posibilidad de disfrutar señal de televisión.
En su comunicado de prensa de 2003, Nokia subrayó que su intención con 7700 era ofrecer un dispositivo innovador con una pantalla táctil a color que incluiría comandos a través de lápiz y diversas funciones de conectividad.
“Con Nokia 7700 estamos entregando una emocionante experiencia de media móvil para la gente que quiere mantenerse al día y entretenida. La impresionante pantalla touch a color y nuestra amplia selección de opciones de conectividad asegura que los consumidores tendrán acceso instantáneo a canales de medios mientras están fuera. Además, será posible crear contenido multimedia propio para compartir con otros”, señaló la firma.
Uno de los puntos más atractivos es que 7700 sería compatible con el Nokia Streamer SU-6, un accesorio que haría posible la experiencia televisiva en móvil, haciendo uso de la red DVB-H. “El Nokia Streamer podrá vincularse al Nokia 7700 como si fuera una batería y será usado en proyectos piloto para mostrar el futuro de la señal digital en dispositivos móviles”, fue la promesa.
Almacenamiento interno de 64 MB, reproductor de música y video y una cámara VGA integrada de 640 x 480 píxeles, eran parte de la naturaleza multitask del dispositivo.
No obstante los anuncios realizados, 7700 fue cancelado en 2004 y jamás salió al mercado.
Aunque no hay información concreta en torno a esta decisión, la sospecha es que se debió a lo poco atractivo y funcional de su diseño, en adición a que requería que se colocara de lado para hacer llamadas telefónicas, una situación que ya se había presentado con el N-Gage, otro dispositivo de Nokia que en 2003 dejó claro que el sentido de innovación no siempre va aparejado con una buena experiencia de usuario.