La meta parecía simple pero en realidad era complicada: conseguir que un dron pueda recorrer unos 70 kms sin quedarse sin energía para completar su misión.
Para conseguirlo, se necesitó la colaboración de la compañía texana Guinn Partnerse; la empresa de consultoría Skyfire, de Georgia; el Departamento de Salud de los Estados Unidos y el fabricante de drones, Doosan Mobility Innovation.
De una isla a otra
Mediante el uso de un sistema de carga controlado por la temperatura y celdas de hidrógeno en lugar de una batería, el dron pudo transportar muestras de bacteria viva desde el hospital ubicado en la isla caribeña de Santa Cruz a la isla vecina de Santo Tomás.
La distancia entre ambas facilidades médicas es de 69 kms a mar abierto. Lo mejor de la prueba no fue que tuvo éxito, sino que la nave todavía tenía 30 minutos de combustible en sus celdas.
El dron, denominado DS30, puede transportar alrededor de 5 kgs, de acuerdo con Guinn Partners.
Antes, llevar muestras de los fluidos de un paciente podía llevar una semana usando una aeronave tripulada. El problema es que infecciones, como la fiebre del Dengue, pueden progresar a niveles peligrosos en esa misma cantidad de días.
Usar un dron es más rápido y simple, y las muestras pueden enviarse de inmediato al hospital deseado.
Ahora los experimentos se localizan en que el viaje del dron sea automático, aunque en las pruebas se irá monitoreando el aparato volador desde una lancha y se tomará el control de mismo de forma manual el caso necesario.
Se espera que viajes autónomos completos puedan hacerse a mediados del año que viene.