Tras enterarse que el grupo radicalista ISIS había logrado emplear drones como granadas teledirigidas o lanzagranadas aéreas, DJI puso en marcha un plan para terminar con esta situación.
Hace unos meses comenzaron aparecer noticias sobre el uso de drones de uso casero como armas, esto al lograr modificar su cuerpo y equiparlos con otros elementos que sirven para transportar explosivos armas o bien utilizar la propia aeronave como sistema espía y bomba a distancia.
Ante esto el fabricante chino ha optado por controlar la venta de estos productos en estas zonas de alto riesgo, además de lanzar una actualización de software, la cual fue implementada de manera obligada a todo dron, que este conectado inalámbricamente, la cual consiste básicamente en una cerca geográfica.
Esto quiere decir que los drones que cuenten con alguna modificación en su sistema, no podrán volar en áreas principales de Siria e Iraq, un método similar al que se emplea para impedir que los drones entren en zonas de trafico aéreo como los aeropuertos y aeródromos comerciales y militares.
Aunque esta medida puede ser de gran utilidad para disminuir el uso de este tipo de aeronaves como armas, la solución no es completamente infalible ya que ésta puede ser desactivada por usuarios verificados, aunque claro es necesario que DJI conceda esta verificación por lo que se debe de revisar el perfil del usuario y saber donde se ubica y cual ha sido su historial de vuelo.
Finalmente sabemos que DJI no es la única marca de drones y que estos grupos simplemente cambiaran de marca de multirrotores para llevar a cabo sus cometidos por lo que también el uso de armas y herramientas anti drones se ha comenzado a implementar de mayor manera en estas zonas de riesgo.
Referencia: VICE