Aunque hoy en día la mayoría de los usuarios sabe qué es y los beneficios de un dispositivo Alexa, para el negocio de Amazon este buen posicionamiento de mercado en realidad no significa nada más que pérdidas millonarias.
De manera puntual, y para entender la crisis alrededor del popular asistente de voz, tenemos que retomar un reciente reporte firmado por Business Insider, el cual indica que este año, este producto representaría pérdidas cercanas a los 10 mil millones de dólares (mmdd).
Lo anterior podría tener implicaciones interesantes en la oferta de dispositivos que ahora mismo se ofrece a los usuarios, en donde aquellos de menor costo podrían aumentar su precio o, incluso, desaparecer.
Vamos a explicarlo. A decir de la fuente, que cita a personas familiarizadas con el asunto, durante el primer trimestre de este año, la unidad de negocio conocida como «Worldwide Digital» (que incluye dispositivos Alexa, Echo y Amazon Prime Video) tuvo una pérdida operativa de 3 mil millones de dólares. Alexa fue una de las grandes responsables.
Las pérdidas responde a muchas inversiones en actualizar y ampliar la gama de un dispositivo que no ha cumplido su objetivo de negocio.
A decir de una persona involucrada en el proyecto desde sus inicios, Alexa nació con la intención de ser monetizable a través de consultas que pudieran ser monetizables. En otras palabras, la idea es que fuera un asistente de compras. Esto no ha sucedido.
¿Adiós a los Alexa baratos?
Las interacciones de Alexa han aumentado en más del 30 por ciento en el último año; sin embargo, consultas como el estado del clima o los comandos para programar una alarma no son monetizables.
Así, desde que Amazon lanzó Alexa solo ha ganado por cada Echo o dispositivo vendido, cosa que aunque no está mal, está lejos de las expectativas de negocio de la empresa.
Un dato para dar contexto no está de más. Un informe de 2019 encontró que los ingresos por habilidades de Alexa en los primeros 10 meses del año fueron de solo 1.4 millones de dólares, muy por debajo del objetivo de Amazon , en aquel momento, que marcaba la meta de 5.5 millones de dólares.
Los primeros movimientos de respuesta a la tendencia han sido visibles. Amazon confirmó la semana pasada una ola de despidos que comenzaría en la división de dispositivos y servicios (en donde se encuentra Alexa).
Ahora bien, si la empresa solo gana por dispositivos vendidos, es posible que la apuesta a gamas altas o de mayor precio sea la apuesta, lo que pondría en riesgo a aquellos gagdets más asequibles.
No obstante, Amazon podría apostar a volumen. Es decir, más dispositivos Alexa con menos funciones para ganar por mayor cantidad de unidades vendidas, antes que por ticket individual. Sin embargo, este camino llegaría con menos actualizaciones y un posible rezago en innovación frente a sus rivales.
Por ahora, nada está dicho y lo único que queda claro es que el negocio alrededor de Alexa está en crisis, a pesar de ser uno de los asistentes de voz más reconocidos y usados en el mundo.