La tienda es todo un suceso y seguramente será comercialmente exitosa, ¿por qué? Sencillo. Están colocando el producto que quiere la gente, a un clic de distancia y sin mayores complicaciones. Para nadie es un secreto que un buen producto, bien exhibido y al precio justo, simplemente vende, además de que está más que creada la necesidad, con esos miles y miles de iPhone y iPod Touch completamente vacíos…
Y es que en el evento de presentación de la tienda (que realmente fue una demo y ya estaba abierta horas antes de la cita con la prensa) pude platicar con Eddy Cue, vicepresidente mundial de Internet de la firma. La pregunta fue ¿cuál es el motivador que les hace abrir una tienda de contenidos digitales en un país dónde la piratería es la dueña absoluta del mercado? Y la respuesta fue interesante: una de las formas de combatir la piratería es, precisamente, ofreciendo producto legal en todas las formas posibles.
Ahora bien, la tienda de música (que insisto, no es sólo de música pero así se le conoce) tiene varios puntos a su favor, entre ellos, tal vez el más importante, es que el comprador de un iPhone o un iPod Touch no es exactamente el perfil de comprador de piratería de banqueta o del metro… también no es un usuario avanzado, por lo que seguramente no sabe lo que es un torrent o sitios similares para obtener canciones sin pagar por ellas.
Por otro lado, la disponibilidad masiva de tarjetas prepagadas hacen que, igual, el usuario de estos productos se las “encuentre” cuando visite los almacenes que acostumbra: Sanborns, Palacio de Hierro, Liverpool, etc. La tentación de “comprar para probar” va a ser enorme y seguro desplazarán miles y miles de tarjetas en diferentes denominaciones.
He ingresado a la tienda y comprado algunas canciones. Todo bien, de hecho, ya lo hacía desde hace mucho (en la tienda norteamericana) y un detalle es que se pueden tener cuentas en ambas tiendas y no pasa nada con los derechos de autor ni con las canciones. Se puede comprar en ambas y todo sigue igual.
El “eco sistema” de Apple es un modelo a copiar por muchas empresas y no sólo de tecnología. En este caso, venden los equipos (iPod, iPhone) y la tienda para seguir comprando contenidos, que de entrada los principales proveedores son las “disqueras” y algunas otras firmas creadoras de “contenido”. Es algo parecido al concepto de automóvil nuevo y taller de servicio… en este caso todos los iPhones de alguna forma regresarán a “la agencia” a cargar contenidos.
Y claro, las quejas de algunos “maqueros” comenzaron a llegar luego luego “es que no está todo el catálogo”, “es que la selección es muy pobre”, “es que no pusieron todo como en la tienda gringa”, “es que…”. Yo creo que en lugar de ver los puntos negativos, podemos ver uno muy positivo: Apple en México abre un canal de promoción muy importante para todos los “independientes” que nos dedicamos a crear contenidos digitales.
En nuestro caso -junto con Ricardo Zamora- grabo Dommo tres veces por semana (un podcast de tecnología) y la apertura de la tienda no la veo más que como una buena oportunidad para que más gente conozca nuestro trabajo, con la debida promoción por nuestra parte. Ese es sólo un ejemplo y, la verdad, en lugar de escuchar quejas me gustaría mucho ver más y más contenidos mexicanos en la tienda de Apple. Si no las grandes producciones multimillonarias, sí las ideas frescas que aporten algo. Lo que sea, pero algo.
Ya están los Televisas, MVSes, Universales, Reformas y todas las grandes firmas que con sólo destinar unos cuantos pesos más de presupuesto, obtienen de su principal línea de negocio estos elementos digitales para tener presencia, pero ellos saben (y Apple también) que por ahí no venderán millones de nada.
Lo que me gustaría ver en la tienda son propuestas de contenido nuevas, independientes, originales, profesionales. Tal vez tampoco vendan millones de nada, pero será la puerta de entrada para colarse en las grandes ligas. Es un escaparate gratuito que está ahí para usarse. Apple nos ha puesto la alfombra roja, todo es cuestión de saber aprovecharla y entender que no hay que quejarse. ¡Hay que ponerse a trabajar!