El más reciente filme de Martin Scorsese, El irlandés, se ha colocado en la conversación no solo por ser un trabajo que en sí mismo rompe con los esquemas a los que Hollywood mantiene inmersas a las audiencias del mundo, sino también porque viene precedida de los comentarios que el director ha hecho sobre el cine de superhéroes.
En adición a eso, El irlandés ha generado comentarios en torno al empleo de técnicas de rejuvenecimiento -comúnmente asociadas a producciones de Marvel- en su elenco principal (Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci).
La diferencia es que para El irlandés las técnicas de rejuvenecimiento no fueron las usuales y se tuvieron que desarrollar nuevas, porque De Niro estaba indispuesto a ponerse marcadores en el rostro.
De acuerdo con un reporte de Variety, el software empleado en la película fue desarrollado a lo largo de dos años, ya que, a falta de marcadores, debía funcionar solo teniendo como referencias la iluminación y las texturas.
Además, fue necesario desarrollar un nuevo sistema de tres cámaras: una para el director y las otras dos como testigos con las cuales se pudiera implementar tecnología infrarroja, siempre teniendo en mente que los actores actuaran normal y jamás sintieran intrusión.
El supervisor de efectos visuales de la película, Pablo Helman, dice que se trabajaron 1750 tomas con efectos, y asegura que lo que se logró sentará precedente.
“El logro fue que le dimos a los actores la libertad de hacer lo que quisieran. Cada logro se mide en razón de lo que hará en la industria. Ya no aguanto a que los actores vean esto y digan ‘¿Eso quiere decir que ya no tendré que usar 138 marcadores en mi cara?’«, dice Helman.
Ahora que se encontró la manera de rejuvenecer a un actor sin ayuda de marcadores, solo falta llegar al punto de un fotorrealismo con el que sea imposible identificar cuándo se emplean efectos visuales.