Los que reniegan de Microsoft y dicen que nunca le darían su dinero a la empresa, pueden bajar OpenOffice y usarlo en lugar de Office. Adelante, están en todo su derecho y si les funciona otra solución, la verdad es que lo celebro. Lo que no se vale, bajo ninguna circunstancia, es usar software pirata y mucho menos para actividades profesionales y comerciales.
Con esta baja de precios, la subsidiaria mexicana, sin duda, busca colocar más y más licencias de su producto que incluye Word, Excel, PowerPoint y One Note, todos en su versión 2007. No incluye Outlook, ojo. Lo que no sé, es cómo van a controlar el uso para el hogar y estudiantes, pues no hay ningún requisito para adquirir esta licencia. Pero bueno, por lo menos se estará usando software original.
Creo que es un asunto sencillo: si nunca en tu vida vas a pagar por un producto de software (de cualquier empresa), porque crees que es injusto, demasiado caro, un “robo”, o piensas que “no le haces daño a nadie”, o el típico “es que Bill Gates tiene mucho dinero”, borra la copia pirata y consigue alguna otra opción libre (hay muchas y de todas calidades). Si, por el contrario, usas software comercial, cubre el costo de la licencia. Y no hablo sólo de los tan comentados productos de Microsoft, sino de todos los demás que buscan vender sus copias en un mercado competitivo. A la larga, estoy convencido de que el concepto “suite de oficina” será gratuito, con sus respectivos anuncios y en línea, pero mientras eso llega, las reglas del juego son muy claras.