En los últimos cinco años, la venta de lectores de libros electrónicos, los llamados e-books readers, ha sido espectacular en su crecimiento. Sin embargo, ahora parece que esta tendencia está bajando poco a poco y parece además, que continuará a la baja. ¿El culpable de esto? la tablet.
En un reporte de una investigación sobre los lectores de libros electrónicos, la empresa IHS iSuppli ha reportado la baja en la venta de lectores de e-books, la cual caerá a 14.9 millones de unidades. Esto representa una caída de 36 por ciento del 23.2 millones de unidades adquiridas en el 2011. Si la tendencia sigue, para el 2016 solamente se venderán 7.1 millones de unidades, sin considerar el precio competitivo que tengan estos dispositivos.
En contraste, la venta de tablets alcanzará las 120 millones de unidades vendidas en el 2012 y se espera que esta tendencia continúe, ubicando las ventas a 340 millones de unidades para el 2016. La realidad es que estas tendencias son interesantes, pero cuatro años en la tecnología actual es mucho tiempo, una vida, y todo puede pasar. Sin embargo, las predicciones hablan de lo que sí está pasando en el mercado finalmente.
De acuerdo a Jordan Selburn, de iSuppli: “Tristemente para los libros, que prometía ser ‘el siguiente gran éxito’ hace un par de años, su momento de gloria ya pasó y todo ha sido demasiado aprisa. Las expectativas de crecimiento explosivo han sido aplastadas por un rival mucho más ágil”.
Selburn también apunta de que no es solamente el lector de libros electrónicos lo que está enfrentando la obsolescencia. El increíble incremento de los libros electrónicos y el consecuente final de los mismos encapsula lo que se ha convertido en una verdad axiomática de la industria: los dispositivos para hacer una tarea específica están siendo reemplazado sin remordimiento por dispositivos multifuncionales equivalentes, en este caso las tablets. Y aunque otros dispositivos que hacen una sola cosa, como las cámaras digitales, los sistemas de GPS y los reproductores de mp3, también enfrentan presiones similares, parece que podrán mantenerse en la batalla, asunto que los e-readers no parecen haber podido superar.
Es claro que los consumidores seguirán usándo y comprándo lectores electrónicos por su desempeño superior para la lectura de libros. Quienes los usan saben de las ventajas de largos tiempo de vida de la batería, así como de la posibilidad de usarlos en plena luz del día gracias a la e-ink. Sin embargo, la declinación en las ventas de estos dispositivos es una realidad y aunque esto no significa ni lejanamente la muerte del libro electrónico, evidentemente nuevos dispositivos con muchas capacidades, terminarán sustituyendo a estas “tablets” de propósito específico, los lectores de libros electrónicos.
Referencias: