Por lo menos en México no estamos acostumbrados a usar el método de “cupones” para comprar productos y servicios. Me ha tocado ver en otros países, sobre todo en Estados Unidos, como el hábito del cupón es utilizado de forma constante por algunos sectores de la población. ¿En qué consiste? Por ejemplo, el supermercado X saca un anuncio en el periódico donde ofrece “Shapoo Acondicionador $10 pesos menos”. Entonces, llevo el recorte del cupón a la tienda y cuando pago, me hacen mi descuento.
¿Así de simple? ¡Sí! Pero ojo, en este caso, tanto el supermercado como el fabricante del shampoo estuvieron de acuerdo en hacer la promoción y es posible que el primero le haya cobrado al segundo alguna comisión extra por “aparecer” en el anuncio. Después de todo, es una forma de impulsar las ventas para ciertos productos.
Estos cupones generalmente ofrecen cierto grado de descuentos e, insisto, no estamos acostumbrados a usarlos. De repente acudo a un club de precios y justo a la entrada entregan a veces una “cuponera” donde vienen las ofertas o los descuentos. En este caso, no usaron un medio masivo sino un volante a la entrada de su tienda.
¿Y esto que tiene que ver con la tecnología? ¡Mucho! Partiendo del concepto ya cada vez más generalizado de que Internet es una red de personas, no de computadoras, varias firmas la usan para obtener el mismo efecto que con las cuponeras impresas. ¿Cómo? A través de aparentemente sencillas páginas donde el interesado se inscribe y automáticamente le llegan a su correo las “ofertas del día”.
Es sencillo comprender desde el punto de vista del comprador el funcionamiento: me suscribo, me llegan las ofertas, las reviso y podré aprovechar alguna si se llega al número de compradores preestablecido para que “proceda” la oferta. Lo que hay básicamente son descuentos, pero casi no usan esa palabra, más bien dicen algo así como “Paga 300 pesos en lugar de 600 por nuestro producto”, es decir, el equivalente al 50% de descuento. Pero, ¿qué hay del lado del dueño del negocio? ¿Por qué le conviene? ¿Dónde gana “el cuponero”?
Lo que ofrecen estas empresas en general es la audiencia cautiva y para establecimientos de chicos a medianos es muy complicado anunciarse en medios masivos, no hay dinero que alcance. Entones, al comprar los servicios de las cuponeras se podrán tener, por lo menos, algunas ventas iniciales de acuerdo al flujo de tráfico en los sitios y, claro, si el cliente acude al establecimiento, gastará de acuerdo a la oferta, pero conocerá el nivel de servicio y es probable que gaste más. Por ejemplo, en un restaurante igual y el cupón ofrece “el plato fuerte a precio de postre”, eso quiere decir que hay un descuento en la cuenta, pero nada es gratis.
En este caso la empresa de cupones se queda con un porcentaje de la transacción y es así como obtienen ganancias. La más grande se llama Groupon y vaya que es grande. El año pasado Google se interesó en adquirirla en la nada despreciable suma de 6,000 millones de dólares y ¡no quisieron venderla!
¿Y la competencia? Recientemente han salido al mercado mexicano y latinoamericano varias firmas que ofrecen básicamente lo mismo. ¿Cuál es buena? ¿Funcionan? ¿Son serias? No lo sé, pero parece que nos quieren imponer el comprar productos y servicios que no necesitamos, ya que, obviamente, es parte de la estrategia. Todo lo que piden es tu dirección de correo electrónico…
Recientemente me topé con la página offers.google.com, que, en esencia, hace lo que Groupon y aunque apenas se encuentra disponible para un par de ciudades en los Estados Unidos, quien quita y despegue y llegue a todo el mundo. Por otro lado, se rumora que Facebook quiere lanzar su propio sistema de cupones y seguro varias firmas y portales más también le entrarán… en fin. ¡Esto apenas comienza!