Si vemos las ventajas que ofrece el papel como medio de distribución encontraremos muchas, pero tal vez de las que más resaltan son su disponibilidad instantánea y la permanencia. Un periódico o un libro no tienen que encenderse y esperar a que “carguen”, no usa baterías, no hay que actualizarlo… y por lo que entiendo, hay libros con más de 100 años de antigüedad y siguen funcionando, tal vez ya están un poco descuidados, pero ¡son 100 años!
Estos comentarios sobre el papel y mi predicción que no morirá en el corto plazo tienen que ver porque he podido reseñar el lector electrónico de libros “Kindle” de Amazon y recientemente me prestó Sony el suyo, llamado simplemente “Reader”. Hay dos versiones ya disponibles en México, una con touch screen y otra más sencilla.
El producto funciona sin chistar. Cumple con su función de forma impecable, de hecho, todos los lectores electrónicos que he usado, funcionan bien. Lo que no sé es si vengan a reemplazar algo o simplemente funcionen como complemento. Tengo la impresión de que la gente que le gusta leer mucho, será el usuario natural de estos dispositivos que sirven para eso, leer.
El lector consumado que cuando viaja lleva tres o cuatro tomos en su maleta de mano, con uno de estos pueden llevar cien o doscientos. Así de sencillo. Pero para conseguir estos textos es donde viene el siguiente problema. La tienda en línea del Sony Reader no funciona en México, sólo está disponible en Estados Unidos y Canadá. Entonces, ¿cómo para que lo quiero?
En lo que escribo este texto, estoy descargando un archivo de más de 1GB que dice “Biblioteca para el Sony Reader”, de un sitio de archivos “torrent”, por lo que no sé qué contenga, pero estoy casi seguro que sólo libros sin derechos de autor, de libre uso y lo estoy descargando para probar, porque hasta el momento no me ha llamado la atención leer desde una pantalla.
Ahora bien, ¿qué pasará entonces? ¿necesitaremos todos un lector electrónico de libros? ¡para nada! Es un gadget más, que está más o menos de moda y que desde mi punto de vista está dirigido al que necesita tener muchos libros disponibles a la vez. No hay comparación alguna entre leer un libro tradicional y leer en una pantalla. Nada se compara con la primera opción, todavía.
Dentro de unos días ya estará a la venta el iPad de Apple, dispositivo que igual que los libros electrónicos, no reemplazará al papel y que, entre sus muchas características, servirá también para leer libros. Sin embargo, el Kindle, el Sony Reader, el iPad y todos los demás que vengan, son productos concebidos en mercados con alto nivel de consumo y están hechos para ganar dinero por la venta de contenidos. La piratería, por ejemplo, no forma parte de la ecuación porque no está tan presente.
En México, donde el nivel de consumo de libros en papel es bajo y mucho más bajo el nivel de consumo de medios electrónicos, ¿qué futuro tienen estos dispositivos? Incierto. Claro que venderán muchos entre los que pueden pagar y están acostumbrados a comprar, pero para el grueso de la población económicamente activa, esto simplemente no será opción.
La única aplicación que le veo y que posiblemente funcione es para los universitarios que necesitan n libros. Un lector de manufactura china de bajo costo, junto con “un paquete de libros” pirata, por supuesto, puede ser lo que más se venda.
Mientras tanto, los que no estamos en la escuela y no necesitamos taaantos libros, simplemente seguiremos comprando el tomo en papel, disfrutándolo, hojeándolo, sintiendo en las manos como raspa el papel y, claro, buscando espacio en casa para guardar más y más libros. Los lectores electrónicos, en general, son un producto de nicho. ¿O no?