Todos estábamos muy distantes a pensar en que el nuevo gigante de Internet anunciara un navegador. Llegó el día y el aviso oficial fue muy simple, presentando el producto con sus principales características, de entre las que destacan el modo “incógnito”, que permite navegar sin dejar rastro alguno… “por ejemplo, cuando vas a comprar un regalo para tu novia y comparten la computadora, con este modo no dejarás rastro para que no se estropee la sorpresa” o algo muy similar mencionaron los ejecutivos de la firma. Y claro, además de comprar regalos sorpresa, me imagino que mucha gente lo usará para navegar en sitios con contenido para adultos, “sin que quede huella”.
Las demás funciones del software llaman la atención también. Una es que cada ventana o “pestaña” funciona de forma tal que si hay un error, sólo se cierra esa pestaña y no toda la aplicación, haciendo más confiable la navegación. El producto está en lo que se conoce como “estado beta”, es decir, no está terminado y le faltan todavía funciones y características. Sin embargo, ya es costumbre de Google lanzar productos en “beta” todo el tiempo, con la idea de recibir retroalimentación de la gran comunidad de usuarios.
En el mercado de los navegadores, Internet Explorer de Microsoft todavía se lleva un saludable 75% de participación, seguido de FireFox, de la fundación Mozilla con un 17% y el resto se lo reparten algunos otros (números aproximados).
Para nadie es un secreto que la pieza de software que será más utilizada en el futuro es, precisamente, el navegador. Con los conceptos de “cloud computing” o aplicaciones y datos remotos, toda la actividad se realiza “dentro” del navegador. La computadora usada para acceder a la red, no importa que sistema operativo tenga, la experiencia del usuario será buena o mala con base en las características de, precisamente, la forma de navegar. Y hablando de dispositivos móviles, es probable que la tendencia también sea la misma, todo girará en torno al navegador.
¿Debe estar preocupado Microsoft por este lanzamiento? Por supuesto, ya que con el tiempo Google se ha convertido en uno de los principales competidores. Sin embargo, la que debe estar más triste que nunca es la Fundación Mozilla. Es cierto que Google le inyecta dinero fresco para el desarrollo de FireFox, que, a ojos del buscador, es la alternativa para no apoyar Explorer, sin embargo, con el tiempo, lo más probable es que deje de apoyarlo y el proyecto, si bien no muera, quede rezagado con una ínfima participación de mercado.
Falta algo de tiempo, miles de líneas de código y una férrea pelea por conquistar más usuarios, pero Chrome (el nombre oficial y para mi gusto nada pegajoso) del navegador de Google llegó para quedarse y competir en forma directa con Internet Explorer. Mientras tanto, seremos testigos de la reacción de la “comunidad” que desarrolla, todavía, código para FireFox, el gran perdedor.