El Alzheimer es quizá uno de los males más atemorizantes de nuestros tiempos. En general varias de las prácticas de la vida moderna se considera como factor para propiciar este deterioro de las células cerebrales. Por ejemplo, dormir mal o malas prácticas para el sueño pueden contribuir a dormir durante el día o «somnolencia diurna», que ahora ha sido relacionado con una mayor probabilidad de sufrir este padecimiento.
De acuerdo con un estudio reciente, las personas adultas que son aquejadas por la somnolencia diurna pueden correr hasta un triple de riesgo de desarrollar Alzheimer debido a la acumulación en el cerebro de las placas conocidas como Beta-Amiloide, un péptico asociado con este padecimiento.
El estudio fue realizado por la Escuela Bloomberg de Salud Pública, que forma parte de la Universidad John Hopkins de Maryland (EE.UU.), y publicado por la revista Sleep. Según relata el escrito, las especialistas que realizaron la investigación aprovecharon la información recolectada por un estudio regional de longevidad iniciado en 1958, que siguió durante décadas el estado de salud de miles de voluntarios a medida que iban envejeciendo.
La base de datos del estudio incluía tanto el diagnóstico por resonancia magnética de los síntomas que tiene esta patología cerebral, como los cuestionarios que todos los participantes del ensayo primario respondieron en su momento.
«Factores como la dieta, el ejercicio y la actividad cognitiva han sido ampliamente reconocidos como objetivos potenciales importantes para la prevención de la enfermedad de Alzheimer, pero el sueño no ha llegado todavía a ese nivel, aunque eso puede estar cambiando», indica Adam P. Spira, parte del equipo que realizó el estudio. «Si el sueño perturbado contribuye a la enfermedad de Alzheimer –agrega-, es posible que podamos tratar a pacientes con problemas de sueño para evitar estos resultados negativos».
Adicionalmente, uno de los síntomas más comunes de la enfermedad de Alzheimer son los trastornos del sueño, por lo que todo parece indicar que el mal dormir está asociado al desarrollo de las placas beta-amiloides, características del Alzheimer.
Finalmente, los investigadores hacen notar la necesidad de continuar ampliando esta línea de investigación, de forma que, en el futuro, sea posible desarrollar tratamientos efectivos para los trastornos de sueño, a fin de evitar, en etapas tempranas, el posible desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.