“Necesito llevar mañana un video de unos raperos” aunció Matukito justo cuando llegué a casa hace un par de semanas. “¿Cómo?” “Sí, un video en mi iPod, donde salgan algunos niños rapeando“. Ok, pensé. Nada complicado, después de todo, existe YouTube, podemos buscar el video, descargarlo con alguna aplicación de esas que siempre hablo, convertir el archivo, pasarlo al iPod y listo. Sería cuestión de unos 20 minutos, pensé.
Pero sólo lo pensé. Nos llevamos un buen rato seleccionando el video adecuado. Eso no fue tanto problema. Cuando finalmente teníamos el elegido en pantalla, comenté “Ya, sólo falta descargarlo, convertirlo y pasarlo al iPod”. En su escuela tienen un sistema que les permite usar iPads (que son propiedad de la institución) como apoyo en clases y como se conectan a un proyector, los alumnos pueden llevar sus iPods y así cumplir con esa parte de la tarea “un video con un niño que cante rap”.
Arranqué el navegador y busqué “YouTube video downloader”, después de unos minutos encontré algunas opciones, en este caso para Mac. Una era gratuita, la bajé y finalmente no hizo nada. Otra que me encontré -también sin costo- pudo descargar el video y me dejó el archivo en el escritorio.
“Mira, ya casi está, sólo hay que convertirlo al formato del iPod y pasarlo al aparato”. Ya desesperado no le quedó otra más que decir “Mmmm, ok, pero ¿tarda mucho?”. Ya saben, en estos tiempos de satisfacción instantánea es complicado explicar y hacer entender que 20 minutos más no son nada…
Así pasaron no 20, sino tal vez 30 y tuve que descargar otro programa para poder convertir el mentado video al formato reconocido por el iPod. Después intenté usar otro par de programas que me encontré en sitios de descarga, uno sólo convertía el primer minuto porque era un demo… creo que la licencia costaba como 400 pesos y para usarlo una vez, pues no valía la pena.
De repente, yo todo encarrerado en el descarga-convierte-sube, escuché algo que me dejó sin palabras “Papá, mejor tomamos el video y ya”… “¿Cómo que tomamos el video?”, “Sí Papá, de la pantalla, tu pon el video de nuevo y yo lo grabo con la cámara del iPod y listo”.
Muchos años de experiencia, cientos de artículos escritos, toda una carrera dedicada a hablar de tecnología y muchas veces a tratar de despejar las dudas de los demás no sirvieron para nada. La solución de Matukito era increíblemente genial, sin complicaciones y de resultados, digamos, aceptables.
“¿Cómo qué lo grabamos directo de la pantalla?” después de otra explicación procedimos a hacer lo que el pequeño tecnólogo sugirió. Incrédulo le dije “a ver, ¿cómo quedó?”. Fuera de un leve movimiento natural del aparato, realmente para el ojo no clínico el resultado era más que perfecto.
“Ya quedó papá, muchas gracias” o algo así me dijo. Apagó todo y siguió con lo que tenía que hacer, pues ya era un poco noche y al día siguiente tenía escuela.
Después de unos días recuerdo que le pregunté “Oye, ¿cómo te fue con el video ese que grabamos?” … “Ah, bien, si le gustó a la maestra”.
Recuerdo esta historia a un año de la muerte de Steve Jobs, quien de alguna forma es el responsable de la “iGeneración” que ahora tenemos en los niños que “nacieron con iPods”. Entiendo perfectamente que sólo una parte de la población tiene acceso a estos dispositivos, pero la tendencia es a cerrar más la brecha digital y, tal y como pasa con los celulares hoy en día, millones de personas en todo el mundo tengan más opciones para aplicar las herramientas modernas.
Apple no cambió el mundo, Jobs no inventó todo lo que vende la empresa, pero sin duda tuvo además de mucha suerte, una gran visión en ofrecer productos fáciles de usar, donde los tecnólogos nos quedamos en el eterno “loop” de asuntos como “pero a cuantos Kbps es mejor codificar los archivos MP3 para lograr la mejor calidad/espacio dentro del equipo” y otros temas exóticos, mientras que las nuevas generaciones de usuarios “que nacieron con el chip” sólo se dedican a utilizar las herramientas digitales y encontrarle nuevos usos todos los días.
¿Qué va a pasar con Apple? Nada en el corto plazo. Continuarán ofreciendo productos que serán la evolución del combo iPod/iPhone con mejores prestaciones pero no se ve en el horizonte algún otro que cambie todo de nuevo. Con o sin la presencia física de Steve Jobs habrá Apple para rato y después leeremos formas de aplicar la tecnología y sus productos como la que les comparto esta semana. Ahora sí que, en casa del herrero…