Los que me conocen saben que soy mega-ultra-fan de la tecnología en todas sus presentaciones. Llevo ya algunos años siendo testigo de los avances que nos asombran y otros que no tanto, pero al fin de cuentas avances. Hace unos días me prestaron el más reciente modelo de tableta de Samsung, la Galaxy Note 10.1. Ya sabes, esa adrenalina que se siente al probar cualquier gadget es una de las satisfacciones de este trabajo (en donde, para su información y tranquilidad, en el 95% de los casos se devuelven los productos a los fabricantes).
Así las cosas con toda emoción cargué la batería de la tableta, le apliqué el riguroso “format de bienvenida”, la configuré con mi cuenta de Google (como es un producto que usa Android, en automático baja tu correo, citas, contactos, etc., y las aplicaciones que hayas comprado o descargado de la PlayStore). En unos 20 minutos tenía “toda mi info” en el equipo.
De inmediato recordé todas las tabletas que he comprado/me han prestado/he probado. La primera, una iPad, hasta hice fila en la tienda de un centro comercial porque me tocó que estaba justo de viaje el día del lanzamiento. Esa la vendí a la semana, después compré otra con conexión celular, que nunca activé y terminó en manos de uno de mis socios, que no sé realmente para qué la usa. Posteriormente probé la PlayBook de BlackBerry, la Xoom de Motorola, un tiempo la de Sony, alguna de Lenovo, el primer modelo de Acer, un par más de Samsung y recientemente Google nos regaló a los miles de asistentes a un evento una Nexus 7.
En total como una docena, más o menos. ¿Cuál ha sido la constante? Son buenos productos, funcionan sin problema, de hecho, la más reciente de Samsung tiene un procesador de cuatro núcleos y toda la cosa, pero, el gran pero que siempre he tenido con las tabletas, ¿para qué la vas a usar?
A lo largo del tiempo he podido comprobar que es un producto que el 90% de la gente no necesita. Ojo, sí lo quiere, pero no lo necesita. No reemplaza a la laptop y ese es el principio del problema y su alto costo, la segunda parte. No conozco todavía a alguien que “use su Tablet para todo, en lugar de su computadora”. Sí son excelentes productos para ver fotos, videos y hasta para consultar algún dato, pero entre 7 y 10,000 pesos la pieza, creo que es algo un poco superfluo por el momento.
No me malinterpretes. Si tienes una Tablet y eres feliz, me da mucho gusto. Si invertiste en una iPad o cualquier otra y la tienes de elegante “pisapapeles”, comparto tu frustración. Si siempre has tenido la cosquilla de comprarte una pero a la hora de la hora no terminas de decidirte, creo que eres un comprador sensato que primero piensa y luego firma a meses sin intereses.
Ahora bien, es importante destacar que en el mercado de las tabletas está el iPad de Apple y todas las demás. Es un hecho que el producto de la manzana es un eslabón más en la cadena de suministro de contenidos digitales y programas, donde obviamente el usuario continúa gastando y eso es el gran negocio para la firma. En las otras, con Android, la ausencia de buenas aplicaciones es un factor importante para que no me terminen de convencer. Por ejemplo, la aplicación del diario Reforma en iOS es muy buena, hasta puedes descargar el periódico en .PDF, pero en Android, no. ¿Clientes de Twitter? Para las tabletas Android no he encontrado ni uno que valga la pena. Así podría seguir con muchos ejemplos, pero creo que el mensaje es claro: ¿para qué quieres uno de estos aparatos?
Mención especial merece la Nexus 7 de Google, fabricada por Asus. Sus 7 pulgadas y delgada línea la hacen más o menos transportable sin tanto problema, es Android y ofrece buen desempeño. Le siguen faltando aplicaciones pero la gran diferencia aquí es el precio: 200 dólares, unos 2,600 pesos (en los Estados Unidos, en otros países habrá que ver a cuánto la venden). Por esa cantidad tal vez valga la pena tener una para sólo consultar datos, jugar y presumir. El punto es que no reemplaza ni al celular ni a la laptop.
¿Llegaron para quedarse? Siempre he tenido esa gran discusión con muchos colegas. Yo digo que no. Las tablets siempre serán un “además de”, no un “en lugar de”. Falta por conocer la Surface de Microsoft, a ver si conseguimos una antes de que salga al mercado y, claro, falta conocer el precio de venta. Pero lo que realmente estoy buscando es leer tus comentarios y puntos de vista.