La NFL es el circuito deportivo más exitoso del planeta. Para que se den una idea, tan sólo la temporada pasada esta liga registró ganancias por 9 mil 500 millones de dólares, cifra que supera por mucho a cualquier deporte a nivel global.
Sin embargo, como dicen por ahí, cuando abunda el dinero, también llueven los problemas.
De entre todos los obstáculos que enfrenta en la actualidad, la NFL esquivó recientemente una bala que lucía potencialmente letal, luego de llegar a un acuerdo y pagar 765 millones de dólares como indemnización y tratamiento para alrededor de 4,500 jugadores retirados, quienes demandaron a la liga tras sufrir deterioro neuronal, demencia prematura, depresión y otros males cerebrales degenerativos como consecuencia de los golpes en la cabeza recibidos durante sus años en activo.
La realidad es que la NFL puede pagar eso y más. Pero si algo ha llevado a esta liga al éxito total es su visión a futuro y su intención por innovar permanentemente. En este caso, el reto más importante ha sido la apertura para probar una tecnología efectiva que proteja la cabeza de los jugadores, algo que se dice fácil pero que resulta un verdadero acertijo, sobre todo cuando estos atletas se ganan la vida, literalmente, a punta de topes.
Cambiar las reglas del juego y castigar los golpes directos a la cabeza ha sido un acierto por parte de las autoridades de la NFL, pero no ha sido suficiente. El desarrollo de mejores cascos es otra clave importante, y el Xenith X2 es lo más avanzado en cuanto a tecnología de protección para evitar conmociones cerebrales.
Para la actual temporada de football americano profesional de Estados Unidos, más de 200 jugadores –el doble de la temporada pasada– han optado por el Xenith X2, desestimando el clásico Riddell, la otra marca de cascos autorizada, misma que ha protegido, para bien o para mal, la cabeza de los jugadores de la NFL desde los años 40.
Aunque Chuck Higgins, presidente de Xenith, asegura que no existe un casco a prueba de conmociones, su compañía se ha concentrado en fabricar cascos cómodos con una tecnología única, sustentada por un sistema interno de almohadillas con aire y una coraza con capacidad de movimiento independiente, características que reducen la energía de los impactos directos a la cabeza del jugador y que, aparentemente, reducirían la posibilidad de sufrir conmociones:
Es muy pronto para saber si Xenith es la solución para reducir las conmociones cerebrales, pero sin duda es un experimento que ha dado resultados favorables las últimas dos temporadas.
Y mientras la “guerra de los cascos” ha comenzado entre Riddell y Xenith, otro asunto se desvela, uno que seguramente será más difícil de solucionar para la NFL: el uso de sustancias prohibidas entre los jugadores.
Se podrán mejorar los cascos, pero es una realidad que el golpeo violento en esta liga se incrementa en paralelo a la llegada año con año de jugadores cada vez más grandes, fuertes y rápidos. El dopaje masivo es un secreto a voces cada vez más evidente en el futbol americano profesional, y que si no se controla pronto, de poco servirá el desarrollo de tecnología para proteger el cuerpo de los atletas.