Todo comenzó hace algunos años cuando los principales proveedores de “contenido” decidieron establecer las bases para sus negocios “en línea”. ¿Qué es un proveedor de contenido? Básicamente, cualquier empresa u organización que se dedique a producir video, películas, música, canciones, en fin, todo lo que puede ser visto en la tele o cine, escuchado en la radio o leído en periódicos. Eso es, a grandes rasgos, el “contenido”.
Los norteamericanos, creadores de la red Internet y muchos de los conceptos que hoy aplicamos entorno a este medio de comunicación, han estado desarrollando servicios magníficos, que tienen que ver con el consumo de estos contenidos donde reina un principio básico: que el usuario no pague o las cuotas sean muy bajas para que “caiga” y se suscriba. Así, existen servicios que están funcionando hace años en su territorio pero… ¿qué pasa cuándo queremos acceder desde México o cualquier otro lugar?
Generalmente aparece en nuestras pantallas un “no se puede” o “el servicio no está disponible para su territorio” y esto obedece, según los más enterados, al asunto de pago de derechos y, sobre todo, al asunto de los anuncios y anunciantes. De cualquier forma, es odioso estar limitado por cuestiones aparentemente geográficas, así es que, una vez más la red Internet viene al rescate.
Existe la opción de poder “decirle mentiras” al servicio que queremos acceder y hacerle pensar que nuestra computadora está físicamente en los Estados Unidos. Esto se logra mediante las famosas direcciones “IP” que es como el número telefónico de la máquina cuando nos conectamos a la red. Los servicios que hacen la “trampa” funcionan como si nosotros hiciéramos una llamada a su central en USA y desde ahí “desvían” la llamada al sitio en cuestión. Suena complicado y técnicamente lo es. Pero para usarlo, realmente no hay que ser experto en nada y simplemente descargar un software.
Pregunté en Twitter cuál servicio me recomendaban (uno que llegué a usar hace un par de años, Hotspot Shield, ya no funciona bien) y de inmediato me recomendaron “ProXPN” que permite “hacer la trampa” de forma muy sencilla. También mencionaron el servicio “Blackvpn” y otros no tan prominentes. De inmediato accedí a ProXPN, abrí la cuenta de prueba y a todo lo que me conecté, funcionó a la primera, sin problemas (gracias a @kichanXcrazy, @YaNoSoyCalzon, @juanmguerra y @ppviche).
Pero, ¿qué ese eso de “todo” lo que hay? En realidad no tengo un listado extenso, pero puedo mencionar los principales sitios a donde muchos quieren, pero no pueden entrar. Primero, Hulu, un megaportal de contenidos en video. Las principales cadenas norteamericanas se pusieron de acuerdo para ofrecer muchas series en Internet y el resultado es Hulu, un portal que no tiene desperdicio. Se pueden ver episodios completos de casi todas las series exitosas, obvio, a la hora que uno decida, con buena calidad y confiabilidad. El servicio es gratuito.
Otro gran sitio es Netflix, un video club con “todo lo que puedas ver” por unos 100 pesos al mes. Así de sencillo. Es como un Hulu pero de películas de estreno. Tiene la opción de un mes gratis para probar. Y el otro sitio que siempre me ha gustado y lo usé hasta que restringieron el acceso es Pandora. Básicamente crea “estaciones de radio” de acuerdo a lo que nosotros escribamos o queramos. Por ejemplo, si ponemos “David Bowie” comenzará a tocar música del autor y en forma automática detecta artistas o bandas similares, de tal forma que se crea una “estación de radio” personalizada. Muy recomendable. Hoy existen muchas copias de Pandora, pero sin duda el original sigue siendo mejor.
Otros sitios son los de las propias cadenas televisivas, ABC, CBS, NBC que ofrecen contenidos en vivo y grabados. Unos cuantos clics y listo, a ver lo que uno quiera.
Si todo esto se puede hacer desde México, ¿dónde está el truco o qué?. Usando un programa de estos que hacen “trampa”, se tiene que pagar al mes alrededor de unos 100 pesos (o menos) para tener el servicio ilimitado, pero, obvio, nada es garantizado. Y aunque algunos dicen que llevan años en el mercado, existe la posibilidad que en el futuro, la conexión con trampa no sirva y nos quedemos a la deriva… no se puede ni se debe basar una experiencia de entretenimiento en este tipo de conexiones. Están bien para conocer, para “probar” de qué se trata, pero nada más.
Así es que, ya sabe, si tiene el ancho de banda suficiente (5Mb como un mínimo indispensable) puede intentar la conexión de prueba sin costo. Si le gusta mucho y quiere tomar el riesgo, pues a pagar al mes y a suscribirse a sitios de contenido. Sólo hay que considerar que de repente y sin aviso, todo puede fallar y los “contenidos prohibidos” volverán a serlo.