Detenme si has escuchado esta. Bebes y respiras cine de horror, llegas a casa cansado después de una pesada jornada laboral, te preparas algo de cenar, destapas una cerveza, te acomodas en tu cama o sillón para relajarte, abres tu servicio de streaming predilecto para ver una buena película en la que abunden vísceras y gritos… ¡pero no hay opciones buenas o simplemente ya conoces las pocas que hay!
Si ya te cansaste de encontrare con este escenario, olvídate de los servicios de streaming ordinarios y mejor acércate a uno especializado que nunca deje desatendida tu sed de sangre, uno como Shudder.
La entrada formal de Shudder al mercado fue en octubre de 2016 y su enfoque es poner a disposición del usuario obras de horror, thriller y ficción sobrenatural de cuyos derechos sea propietaria o licenciataria la cadena AMC.
Los curadores de Shudder son personas que desde hace décadas se dedican de lleno al horror, como Sam Zimmerman, quien trabajó en Fangoria y Shock Til You Drop -publicaciones avocadas a los trabajos de género- y Colin Geddes, quien fue programadador del Festival de Cine de Toronto.
La experiencia y pasión de la gente involucrada en Shudder la vuelve una plataforma dinámica que, además de tener trabajos películas y series de renombre para la comunidad de horror, también ofrece contenidos exclusivos y originales que cosechan elogios en la industria de consumos digitales.
Por ejemplo, Shudder tuvo en exclusiva el estreno de 31, película de Rob Zombie de 2016, y recientemente lanzó la serie documental Horror Noire, enfocada en la historia del horror por y para la comunidad negra, y que ha recibido el aplauso unánime de crítica y público.
Como cualquier otro servicio de streaming, Shudder solo requiere de una suscripción mensual para comenzar a disfrutar todo su contenido.
El único inconveniente es que por el momento Shudder no está disponible en México, pero sus responsables aseguran que están trabajando para traerlo lo más pronto posible a nuestro territorio.
Esperemos que no tarden tanto los gritos y despanzurramientos.