Jason Reitman es un director canadiense que ha realizado cintas muy interesantes con un estilo bastante característico y que, de a poco, ha logrado ser parte de algunas de las producciones más interesantes en el medio. Habrá que mencionar que, Reitman, es hijo del mismísimo Ivan Reitman, un director afamado justamente por dirigir las primeras partes de Ghostbusters, entre otras cintas famosas de los años 80s.
Y justamente, la franquicia fue un hit en los años 80s que logró ser parte vitalicia y característica de la cultura pop, siendo un hito que se convirtió en una de las cintas más queridas en el “geekdome”. Dos cintas que se convirtieron en cintas de culto y que han sido vitales dentro de la vida de todo fanático de la comedia y el Sci-Fi.
Ahí es dónde Ghostbusters Afterlife aparece, más de 30 años después de las originales y justo después de un intento de reboot que fracasó estrepitosamente en todos aspectos y hasta videojuegos. Una cinta que sirve como secuela casi directa de las primeras dos partes y que se desarrolla justo en el mismo universo.
Con un elenco mucho más joven, encabezado por McKenna Grace y Finn Wolfhard, la cinta se desarrolla en un pequeño pueblo en Oklahoma en el cual, la familia del legendario Dr. Egon Spengler se muda a una pequeña granja en la cual él solía vivir. Ahí, ellos encontrarán muchos misterios alrededor de la propiedad y claro, del pequeño pueblo donde viven, ligando a su pasado y al de los Cazafantasmas.
A este cast se une Paul Rudd, uno de los actores más famosos de la actualidad, y Carrie Coon, actriz conocida por papeles en series como Fargo, quienes son parte de la trama aunque el papel de ambos pasa un poco a segundo término con un Paul Rudd más dirigido al comic relief.
Y es ahí donde la cinta se vuelve bastante interesante, pues tiene un excelente manejo de la comedia con el suspenso y la acción, embalado con la nostalgia y las referencias a lo hecho en 1984, logrando hacernos sentir en un plano bastante similar al de la primera parte, incluso en el score y algunos efectos especiales.
Porque en esa parte es bien importante hablar del manejo de efectos convencionales con la nueva tecnología, haciendo una experiencia muy bien llevada que no exagera de la pantalla verde y que nos da algunos personajes que se ven idénticos a su contraparte ochentera. Un punto muy favorable de la cinta.
Pero pasando al tema del desarrollo de la trama, es una cinta sumamente ligera, que va directo al punto que tiene que ir, presenta de manera correcta a sus personajes y, sin duda, marcando un buen ritmo para que logres disfrutar de la cinta en su totalidad, sin mayores pretensiones más allá de pasarla bien.
Además de que, en mi opinión, el aspecto nostálgico es muy bien llevado, adaptado de manera perfecta y funcionando con el presente, haciendo un justo homenaje a los originales y presentando a la nueva generación a personajes bastante realistas.
Eso sí, el tema del villano de la cinta se vuelve a quedar corto y es únicamente un pretexto para unir puntos dentro de la películas, pues nunca representa un amenaza y carece de una motivación más allá de lo que vemos, además de que no tiene el impacto suficiente como lo tuvieron los villanos anteriores de las cintas de los 80s.
Pero más allá de todo lo negativo, es una entrega que no busca ir más allá que el entretenimiento y es ahí donde brilla, pues logra ser una película muy divertida que cumple con su único propósito: Recordar y entretener.
Y es que justo, el cast está muy bien llevado y logra destacar en cada uno de los personajes que aparecen, destacando al elenco más joven que tiene varios momentos estelares y un timing cómico bastante bueno, destacando al personaje “Podcast” interpretado por Logan Kim, quien se roba varias partes con sus chistes y ocurrencias.
No podía faltar el regreso de varios personajes de la cinta original, quienes interpretan de manera perfecta sus contrapartes ochenteras y le dan una vista “realista” a lo que sucede dentro de la cinta.
Ahora, en la parte más destacada, se encuentra el homenaje al gran Harold Ramis, que aparece durante toda la cinta y que logra conmover en momentos muy interesantes. Así también, es muy destacable el homenaje que se le hace a los demás Ghostbusters como Ernie Hudson, Dan Aykroyd y Bill Murray. Y justo en el tema nostálgico, es un placer ver a Slimmer, al Cadillac original y claro, a las armas originales que fueron parte de la versión original.
Así que sí, Ghostbusters Afterlife sigue una fórmula similar a la de “Force Awakens” pero tal vez llevada de una mejor manera o, al menos, con menos pretensiones más allá del buen rato. Y definitivamente no es la mejor cinta de la saga, pero es una mirada muy buena a lo que sería un presente en el que los Cazafantasmas fueran reales.
Y ojo que, la cinta tiene 2 escenas post créditos que te muestran un poco más de la historia y, sobre todo, te dejan con un buen cliffhanger para una posible secuela.
En conclusión, Ghostbusters Afterlife es una divertida cinta que logra entretener a la audiencia y que además, logra conmover con sus homenajes y situaciones de nostalgia que disfrutarán los fans acérrimos de las cintas originales.
Una carta de amor de Jason Reitman a su padre Ivan Reitman y al gran Harold Ramis, fallecido en 2014, que logra una película nostálgica y divertida, que te mantiene entretenido durante todo el tiempo. Recomendada para pasar un rato agradable en los cines y, sobre todo, para fans de las cintas originales.
Calificación: 8/10
Ghostbusters Afterlife
Año: 2021
País: Estados Unidos
Dirección: Jason Reitman
Guión: Gil Kenan, Jason Reitman
Elenco: McKenna Grace, Finn Wolfhard, Carrie Coon, Paul Rudd