El live-action de One Piece de Netflix podría ser la mejor adaptación de anime con una calificación de con 83% de notas positivas y 94% de parte del público. Pero, ¿esto significa que es buena o vale la pena ir a verla?

¿Cuándo sale el Live Action de One Piece?

El Live-Action de One Piece llegó a Netflix el 31 de agosto de 2023 en México y en todo el mundo. Con un presupuesto de 18 millones por episodio, se convirtió en una de las producciones más caras en la historia y al momento de verla, podemos ver ese gran costo en acción.

Y, es que… ¿Cómo es posible adaptar a una serie con actores una de las obras más relevantes en la actualidad? Con más de 1,073 episodios escritos por Eiichiro Oda y más de 20 años de contenido suena un poco imposible y luego de los fracasos en vistas de otras famosas series de anime como Death Note o Fullmetal Alchemist Brotherhood, no parece tarea fácil.

Todo esto sumado a la gran popularidad que goza la obra, es innegable que había una alta expectativa sobre esta adaptación que cuenta las aventuras de Monkey D. Luffy, un joven con poderes elásticos que sueña con encontrar el legendario tesoro «One Piece» y convertirse en el Rey de los Piratas. 

Ahora, ¿el live-action de One Piece es bueno? ¿Logró cumplir con las expectativas? Aquí en Unocero, ya hemos visto la serie y te contamos todo al respecto.

¿El Live-action de One Piece es bueno?

Si quieres una respuesta corta es: Sí, es una buena serie, seas o no fan. Las más de mil calificaciones del público la colocan con un 94% de aprobación, tanto de fanáticos de la franquicia como del público en general. Ahora, si quieres una respuesta más larga, necesitamos ir parte por parte.

Lo primero que resalta al ver la versión de esta plataforma es que no es ni busca ser una adaptación completamente fiel al manga. De hecho, un sólo episodio puede cubrir poco más de 5 o 10 capítulos del anime. Encontraron la manera de condensar la historia y priorizar los momentos emotivos de sus personajes, pero puede que se sienta un poco apresurada.

A pesar de que es un producto pensado para el público mayoritario, no dejan atrás a sus fans. Así como lo demostró el Fan Fest que estará en la CDMX desde el 31 de agosto hasta el 4 de septiembre, la campaña de marketing y la obra en sí, trata de darle su lugar a quienes ya conocen la historia.

No sólo dan giros interesantes como la aparición temprana de algunos personajes, sino que hacen cambios menores en los argumentos en la historia que mantienen tu interés. 

Estructuralmente, la primera temporada de ocho episodios del Live-Action de One Piece de Netflix se enfoca en la formación gradual de la tripulación de Luffy, los Piratas del Sombrero de Paja, mientras navegan por el peligroso Océano del East Blue. Este lugar es conocido por sus feroces piratas, a quienes tendrán que enfrentarse con el objetivo de hacerse un nombre y encontrar un camino hacia la Red Line. 

¿Luffy es el pirata que necesitamos?

Ahora bien, esto hace que la atención se centre en Luffy y cómo entabla amistades y enfrenta enemigos, así como los orígenes de los Piratas del Sombrero de Paja y lo que impulsa los deseos de la tripulación.

Esto se traduce en que gran peso de la calidad del Live-Action de One Piece de Netflix recaiga en dos puntos: las actuaciones y la dirección artística general, tanto en CGI como en los efectos prácticos.

En el primer caso, Iñaki Godoy encarna a su propio Luffy, tiene un par de claras diferencias con respecto a la versión del manga, es más emotivo, menos infantil y está presentado como una persona menos caricaturesca. Pero, al igual que con el resto de personajes, esto no significa que no mantenga su identidad. 

Como el propio Eiichiro Oda mencionó: “Estoy muy agradecido de que tú seas Luffy”. Mantiene los aspectos emotivos y relevantes que lo hacen ser ese pirata positivo, libre y dispuesto a ser amigo de cualquiera que le ofrezca un plato de comida. Pero, no deja de ser Iñaki, él sigue siendo un actor mexicano que es fan de esta franquicia.

Todo este soporte actoral es apoyado por los trajes que son fieles al manga y las coreografías de las peleas que traduce eficazmente la acción del cómic al 3D. 

Una combinación de CGI con efectos prácticos que se suma a la construcción de grandes escenarios, barcos, restaurantes y demás elementos propios de sus aventuras ayudan a darle realismo a su mundo.

Sin embargo, como mencionamos al inicio, al igual que muchos programas de Netflix, el Live-Action de One Piece de Netflix se siente demasiado rápido y demasiado lento a la vez. Está dispuesto a abordar mucha trama mientras salta de un lugar a otro y viaja en el tiempo, pero no dedica suficiente tiempo en sus episodios de más de 50 minutos a momentos sencillos en los que los personajes simplemente pasan tiempo juntos y actúan como un grupo de amistades. 

Esto provoca que se estanque el ritmo cuando la trama no introduce algo nuevo o no presenta una nueva cara interesante, mientras esperamos a que los Piratas del Sombrero de Paja resuelvan los problemas frente a ellos. 

También es importante mencionar que el Live-Action de One Piece sigue siendo bastante peculiar, incluso dentro de su género como adaptaciones de anime. La serie no niega las raíces en el manga, lo que significa que su tono, su estilo narrativo y sus tropos pueden resultar extraños o bastante “caricaturesco” si no estás familiarizado con el formato de manga, lo cual le dota de identidad. Es una experiencia diferente.

Por lo tanto, una vez que le das la oportunidad al Live-Action de One Piece de Netflix, es fácil aceptar sus peculiaridades y ver su atractivo, especialmente cuando se presentan con la convicción y el encanto sincero de Godoy y compañía. 

Hubo un importante trabajo del equipo de producción para adaptar los navíos y escenarios de la franquicia.

Es una celebración genuina del trabajo de Eiichiro Oda que está justo debajo de la superficie de estos ocho episodios. Quizás podríamos apreciarlo mejor si el programa proviniera de cualquier otra fuente.

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