¿A quién le conviene el Must Carry y Must Offer?

La televisión abierta y la de paga son servicios sustitutos y complementarios a la vez; ambos transmiten contenidos audiovisuales aunque la de paga posee una oferta de canales más amplia que puede o no incluir a la abierta. Pero, ¿cuál es el futuro de estas señales?

La elevada penetración y concentración de la televisión abierta en México representa un área importante de mejora en cuanto a pluralidad y competencia de contenidos audiovisuales. La semana pasada nos referimos a los niveles de penetración de la televisión abierta frente a sus principales competidores que son la televisión restringida e Internet.

Es por ello que distintos países han dado un trato especial a los diferentes tipos de señales dependiendo su nivel de evolución en el mercado. Comencemos por la parte fácil. En particular, las naciones en las que la televisión de paga o restringida llega a la mayoría de la población, los canales abiertos pierden peso, por lo tanto recursos, y si los proveedores de canales de paga no integraran dichas señales en su programación se quedarían prácticamente sin televidentes.

En este caso, se ha promovido la regulación llamada “Must Carry” o “Debe Llevar“ aplicable a las señales abiertas, principalmente locales y públicas, para que los operadores de televisión de paga transmitan -sin costo alguno para el canal abierto- dichos contenidos empaquetados en sus servicios, y así, poder incrementar la base de telespectadores. Al no cobrarle por el servicio al canal y tener economías de escala en la transmisión de señales, el costo para el operador de televisión restringida tiende a cero, sin contar, que estaría ofreciendo un canal adicional gratis a sus usuarios. No veo mayor problema u oposición en cuanto al Must Carry, solamente me gustaría llevarlo al siguiente nivel. Esto es que cualquiera que genere contenidos (incluso en Internet) y cumpla con los requerimientos técnicos y de calidad en sus contenidos pueda solicitar el Must Carry de su “canal“ en televisión restringida.

Por otra parte, mercados como el mexicano son dominados por la televisión abierta comercial. De las 461 estaciones totales concesionadas de televisión abierta, un grupo de interés cuenta con 224 estaciones y además transmite su señal en 34 estaciones afiliadas para obtener el 56% del mercado y, su único competidor nacional cuenta con 180 concesiones, las cuales representan 39% del mercado; sumados estos dos grupos de interés poseen 95% del mercado de televisión abierta en México según la COFETEL.  Estos grupos lograron por mucho tiempo mantener su hegemonía al no autorizar a las demás empresas de televisión de paga transmitir sus contenidos hasta que se logró la negociación en 2005 para venderles sus contenidos.

El problema es simple. Imaginemos el caso en el que contratamos en nuestro hogar un servicio de televisión satelital con una infinidad de canales con contenidos premium, sin embargo, no es posible cambiar a un canal que muestre la telenovela local o el partido de fútbol nacional ya que no existiría la obligación para el concesionario de televisión abierta para ofrecer su contenido al proveedor satelital. Entonces, el usuario debería comprar una antena adicional para la señal de televisión abierta, además del incómodo cambio de entradas (inputs) al televisor para ver una señal abierta y otra restringida. De esta forma, se bloquea la competencia en el mercado de televisión restringida, el cual, aunque es ligeramente más competido, curiosamente está concentrado en las mismas manos del principal grupo de interés en la televisión abierta con aproximadamente la mitad de los clientes en servicios de cable, fibra óptica y satelital (COFETEL).

En consecuencia, esta condición especial requiere de una regulación especial denominada “Must Offer“ o “Debe Ofrecer“ con la finalidad de que los concesionarios de televisión abierta con mayor participación de mercado proporcionen por ley sus contenidos a los operadores de paga, y estos últimos a su vez, los brinden a sus clientes.

Y este es el punto clave de la discusión:

¿Deben pagar o no los operadores de televisión restringida por los contenidos de la televisión abierta?

En el Pacto por México, el compromiso 43 que se refiere a Competencia en Radio y Televisión reza lo siguiente: “Se licitarán más cadenas nacionales de televisión abierta, implantando reglas de operación consistentes con las mejores prácticas internacionales, tales como la obligación de los sistemas de cable de incluir de manera gratuita señales radio difundidas (must carry), así como la obligación de la televisión abierta de ofrecer de manera no discriminatoria y a precios competitivos sus señales a operadores de televisiones de paga (must offer), imponiendo límites a la concentración de mercados y a las concentraciones de varios medios masivos de comunicación que sirvan a un mismo mercado, para asegurar un incremento sustancial de la competencia en los mercados de radio y televisión.“

En el acuerdo político nacional, la negociación llegó a “la obligación de la televisión abierta de ofrecer de manera no discriminatoria y a precios competitivos sus señales a operadores de televisiones de paga“. Lo anterior ha sido justificado desde el punto de vista de propiedad intelectual y derechos de autor sobre los contenidos, lo cual siempre defenderé en territorios geográficos sobre los cuales no tengan una concesión pública de televisión abierta. ¡Qué bueno que se exporten contenidos mexicanos al mundo y se les remunere por eso! Pero a nivel local, el mercado de televisión abierta obtiene ingresos de la publicidad dada su masa crítica de espectadores, y el que un operador local de paga transmita sus canales, lo estaría dotando de una mayor audiencia y de esa manera podría cobrar más por publicidad. Incluso se ha llegado a argumentar que el mercado de publicidad en televisión es insuficiente para soportar más canales, lo cual dudo, pero ese sería el resultado de utilizar un modelo de negocio caduco en una industria innovadora que utiliza multiproductos y multicanales de difusión.

Por lo tanto, dadas las condiciones del mercado mexicano, la línea gris del Must Offer en mi opinión se debería trazar de la siguiente manera:

• Cualquier operador de televisión restringida podrá difundir, sin necesidad de una contraprestación, las señales de televisión abierta que tengan cobertura en cada localidad siempre y cuando se respete íntegramente la transmisión incluyendo los cortes comerciales. Es decir, el operador de televisión restringida no podrá modificar la señal ni vender publicidad sobre los canales de televisión abierta que transmita.

• Los concesionarios de estaciones de televisión abierta podrán vender sus contenidos a precios competitivos y de forma no discriminatoria en cualquier caso no contemplado en el punto anterior. Por ejemplo, si el operador de paga quisiera vender publicidad sobre dichos canales abiertos podría optar por pagar por la señal e introducir su propia publicidad.

La discusión no es menor y en los siguientes días se presentará una iniciativa de reforma en telecomunicaciones, la que deberá incluir a la radiodifusión al ser un medio tecnológicamente convergente. Este tipo de obligaciones a los concesionarios buscan beneficiar al consumidor final de contenidos pero hay un abismo entre los matices mencionados para su efectiva aplicación. A lo anterior, se debiera ver como una estrategia complementaria a impulsar una mayor adopción de internet, tema que trataré en siguientes artículos. Así, es posible aprovechar los beneficios de una mayor pluralidad y competencia en el mercado de contenidos audiovisuales; solo es cuestión de tener el contexto claro y la voluntad de hacer lo correcto. ¿Tú que harías?