En esta ocasión te presentamos los tres puntos más importantes que debes conocer para entender el porqué necesitamos una reforma en materia de telecomunicaciones y radiodifusión en México. Ambos utilizan el espectro radioeléctrico y son convergentes ante la digitalización, y por lo tanto, requieren de una nueva regulación también convergente.
1) ¿A qué se refieren con telecomunicaciones y radiodifusión?
Estos dos términos son utilizados para definir varios mercados o segmentos que proveen servicios de comunicación a distancia a los usuarios, ya sea de manera unidireccional como la radiodifusión o bidireccional como las telecomunicaciones.
Las telecomunicaciones se dividen en: Telefonía fija, telefonía móvil, televisión de paga y acceso a internet (fijo y móvil). Y si un proveedor empaqueta cualquiera de esos dos servicios se le llama doble-play; con tres servicios es triple-play y así sucesivamente.
Por otro lado, la radiodifusión se divide en: radio y televisión abierta. La otra diferencia fundamental entre las telecomunicaciones y la radiodifusión es que las primeras requieren de un pago directo por los usuarios mientras las segundas de uno indirecto mediante recursos públicos, la publicidad o, hasta que se apruebe la reforma, con la venta de contenidos a los operadores de televisión restringida, los cuales nos los terminan cobrando a los usuarios.
2) ¿Por qué hay que reformar las telecomunicaciones y la radiodifusión?
La respuesta simple es porque nos cuesta más de lo que nos beneficia actualmente. La OCDE, este organismo internacional que promueve las mejores prácticas a nivel mundial, publicó un estudio el año pasado en el que México salió muy mal en cuanto a telecomunicaciones debido a la elevada concentración de los mercados en muy pocos operadores. En específico, América Móvil, la empresa dueña de Telmex y Telcel, posee el 79.6% del mercado fijo, 70% del móvil y 74% de los accesos a internet fijo. En el mercado de televisión de paga, la suma de las empresas de Televisa (Sky, Cablevisión, Cablemás y TVI) obtienen el 48.9% del mercado, según datos de la misma OCDE. Esta concentración en un par de empresarios tiene como consecuencia un precio más alto que el que se daría bajo una mayor competencia y, por lo mismo, una menor penetración de los servicios, así como una menor calidad de los mismos. Aunado a esto, dicho organismo calculó que el sobreprecio pagado por los mexicanos entre 2005 y 2009 en telecomunicaciones fue de 13,400 millones de dólares o el equivalente a 120 dólares por mexicano. Si bien resulta interesante el estudio, la principal crítica que recibió fue la exclusión de la radiodifusión en el mismo. Para complementar, en el mercado de la televisión abierta Televisa posee 56% de las estaciones a nivel nacional y TV Azteca, su único competidor, tiene 39% del mercado para juntar entre los dos 95% de las estaciones concesionadas según datos de la COFETEL. Aunque en radiodifusión no exista un pago directo por parte de los usuarios, la falta de competencia en contenidos y el sesgo informativo tiene repercusiones dañinas para la sociedad en cuanto a falta de pluralidad de los medios y, por lo tanto, debe corregirse también aumentando la oferta y diversidad de contenidos disponibles a los mexicanos. Por último, la atomización regional de los diferentes grupos de radio lo convierten en el segmento más competido de todos los mencionados pero con considerables áreas de mejora con la digitalización.
3) ¿Qué sigue?
Como lo comentamos en la publicación anterior, ya se presentó la iniciativa de reforma a las telecomunicaciones y radiodifusión y ahora será labor del Congreso, tanto Diputados como Senadores, discutir la propuesta, mejorarla y enviarla a la Cámara complementaria para su aprobación. Esto no será fácil ya que existen varios intereses legítimos privados que buscarán obstaculizar y mitigar el impacto negativo de las reformas en sus negocios. Es por ello, que los ciudadanos debemos vigilar e interesarnos por las discusiones legislativas. Si bien antes resultábamos casi invisibles para nuestros funcionarios públicos electos, ahora los medios digitales son una herramienta de acercamiento para comunicarles nuestras dudas, apoyo, comentarios, felicitaciones y uno que otro jalón de orejas. Así como los internautas debemos tener cuidado con lo que publicamos en las redes sociales dado que internet no olvida, lo mismo puede aplicarse a los legisladores al registrar sus acciones y el sentido de sus votos en la red.
La discusión está empezando aún pero la oportunidad es histórica para fomentar la competencia en un sector que parecía capturado y sin solución aparente. Pero ojo, no se trata de castigar a las mejores empresas que dan los servicios de calidad y por eso obtienen la mayor cantidad de clientes, sino equilibrar el terreno competitivo y eliminar las barreras de entrada para que nuevos operadores, televisoras y radiodifusores puedan ofrecernos los servicios que realmente merecemos. ¿No crees?