La tensa calma y silenciosa desesperación que se vive dentro de una cabina de avión pronto será reemplazada por decenas de pasajeros tecleando, escribiendo, chateando, jugando y perdiendo el tiempo mientras están conectados a Internet. Pero también habrá los que quieran hacer video conferencias o usen las bocinas de su laptop como “manos libres” para hacer esa importante -o no- llamada a la oficina, al amigo, al familiar o quien sea.
En un vuelo de, digamos, 6 horas, las primeras dos o tres es posible trabajar en la laptop, pero estoy seguro que hay un punto donde la atención se pierde y simplemente queremos dejar vagar la mente para recargarla y regresar al trabajo. Es en esos momentos cuando veremos quién está en el chat, a quien le podemos llamar por Skype o visitaremos las páginas de ocio y entretenimiento que acostumbramos. Todo eso, mientras volamos a toda velocidad a nuestro destino.
Desde hace un par de años esta posibilidad se ha venido desarrollando por parte de proveedores y aerolíneas. Sin embargo, todavía no está cien por ciento disponible. Hay, básicamente, dos opciones para lograr que una aeronave tenga “conexión” a la red. La primera es usando torres de telefonía celular y la segunda con satélites. En el primer caso se tiene el problema de la cobertura y la velocidad. Las torres deben estar en tierra y tienen que estar alineadas de acuerdo a la ruta del avión. Eso es complicado, pero no es tan costoso. Con un poco de suerte y mucha tecnología, es posible dotar al avión completo de un ancho de banda de unos 5Mb, que no es nada para 100 ó 200 personas conectadas a la vez.
La segunda opción es más costosa de implementar, pero mucho mejor en desempeño. Se trata de transmitir hacia una serie de satélites de comunicaciones, con lo que se tiene resuelto el problema de cobertura y, además, el ancho de banda por avión puede subir fácilmente a los 30Mb, que es mucho más adecuado para un gran número de usuarios simultáneos.
Cualquiera que sea la solución, algunas aerolíneas norteamericanas están ya experimentando y a punto de lanzar el servicio en los vuelos dentro de ese país. Por supuesto que no será gratis, las tarifas se planean de entre 5 y 20 dólares por vuelo, dependiendo de las condiciones y tipo de boleto. Así es que, gracias a la tecnología, la tensa calma de una cabina de avión pronto cambiará al ambiente de un cibercafé, eso, en el mejor de los casos, porque si los chavos se las arreglan para poder jugar en línea, sí será un verdadero campo de batalla.