Los smartphones son algunos de los dispositivos más solicitados para Navidad o Reyes Magos. Aunque hay de diversos colores, sabores y precios, existen modelos sumamente costosos, por lo que una de las opciones para ahorrar son los modelos reacondicionados.
Existen diversos establecimientos y marcas en los que se venden tabletas, teléfonos u otros aparatos reacondicionados, que en múltiples ocasiones se pueden tomar erróneamente por productos de segunda mano.
¿Qué es un smartphone reacondicionado?
Un producto nuevo es aquel que nunca ha salido de su embalaje original desde que salió de la fábrica y fue puesto a la venta por un establecimiento o distribuidor. Es justo el usuario quien se encarga de desprecintarlo y darle uso al smartphone.
En el caso de que el consumidor no esté conforme con el aspecto o funcionamiento del smartphone, puede devolverlo en el periodo de garantía, que suele ser de 30 días.
De tal modo que, en caso de que el dispositivo se devuelva y el establecimiento decida ponerlos a la venta de nueva cuenta, pasarían a ser, ya sea, reacondicionados o de segunda mano.
La principal diferencia radica en que para venderlo como reacondicionado debe pasar por un proceso de pruebas a fin de determinar que su funcionamiento es correcto y se encuentra en las condiciones idóneas.
Para ello, técnicos así como profesionales especializados en tecnología se encargan de poner a punto el smartphone, como por ejemplo, un teléfono móvil.
Generalmente, pertenecen a la familia de reacondicionados los smartphones de exhibición o muestras comerciales que se han utilizado únicamente para comprobar su funcionamiento.
Asimismo, tanto el producto como sus complementos (audífonos, cables USB, cargadores, entre otros) se limpian a fondo para que den sensación de ser nuevos, se borran los archivos y se devuelve a su configuración original siempre que se hayan descargado aplicaciones.
En esta revisión también se toma en cuenta el estado de la batería. De ser necesario, también se cambia.
Este es uno de los motivos que explican por qué existen algunos productos reacondicionados y otros que únicamente se pueden adquirir de segunda mano.