Las distintas iteraciones que hemos visto de Batman a lo largo del tiempo, han sembrado en nosotros la idea de que el Cruzado Encapotado tiene la regla de no matar.
Incluso en Batman: El caballero de la noche hay una línea memorable en la que el Murciélago, al borde del colapso, sujeta al Joker contra la pared y le menciona la existencia de esa regla.
Por supuesto la regla de Batman de no matar no siempre ha estado presente en la pantalla de plata, y como muestra ahí está Batman vs Superman: El origen de la justicia, película en la que el Murciélago de Ben Affleck prácticamente es un asesino suelto que utiliza armas y tecnología de punta para arrebatar vidas.
Batman vs Superman de hecho desató varias conversaciones en torno a lo mal que el director Zack Snyder entendía al personaje, pues dentro del lore de DC Comics el personaje es incapaz de matar.
Pero, ¿es correcta esta noción de que Batman no mata?
NO. Es completamente equívoca.
Bob Kane y Bill Finger crearon a Batman teniendo en mente un detective que en lugar de gabardina y sombrero, usara capa, máscara y gadgets. La idea del Murciélago como un superhéroe llegó después.
Bajo esa idea de detective, Batman apareció por primera vez en Detective Comics #27, publicado en marzo de 1939, y la aventura llevó por título The Case of the Chemical Syndicate (El caso del sindicato químico).
Y para los que se rasgan las vestiduras diciendo que el Batman del cómic nunca ha matado, debemos decirles que en esa primera aparición, la de Detective Comics #27, el Murciélago cobró su primera vida.
En el desenlace, Batman se enfrenta contra un químico que había estado aniquilando a sus socios, y le asesta un golpe que lo manda hasta el fondo de un contenedor de ácido en el que pierde la vida.
“Un final digno de una escoria como él”, remata Batman a manera de punchline de un chiste que implicó el asesinato de una persona.
Entonces sí, Batman mata y ha matado desde sus inicios. Es momento de olvidar reglas que no se ajustan a los hechos.