En más de una ocasión, al estar buscando un nuevo auto, deseché varias opciones por la simple y sencilla razón de que el auto estéreo o algún elemento del tablero no cumplían con lo que estaba buscando. Extrañados, los vendedores siempre me hablaban -como si supieran- de las características del motor, suspensión y un largo etcétera que ellos mismos leyeron en un folleto, eso en el mejor de los casos.
Ahora que la evolución digital ha llevado a poder cargar miles de canciones en un pequeño dispositivo, ¿qué opciones hay para disfrutarlas en el coche? En los modelos antiguos, que no tienen forma de conectar un “auxiliar”, la única opción es usar un transmisor de FM. Probé unos cuatro en total, todos con resultados desastrosos, además de que, en el mejor de los casos, se obtiene una calidad de audio parecida a la radio AM. Lo bueno es que son fáciles de usar y no requieren instalación adicional.
Para los suertudos que todavía tienen un estéreo con cassettes, existe uno especial que lleva un cable y éste se conecta al reproductor MP3. Buena opción, sencilla y económica. Pero como ya casi ningún auto reciente tiene este tipo de reproductor, son contadas las ocasiones en las que se puede usar.
La siguiente opción es para muchos, la entrada “auxiliar”. Hasta apenas hace un par de años, inexistente en casi todos los vehículos, este conector permite disfrutar de las canciones del reproductor sin mayor complicación, aunque la batería del mismo se va consumiendo y no se puede cargar sólo con este cable. Para eso hay que conectar otro más con el eliminador de voltaje. Estas opciones obligan al conductor a manipular el aparato para seleccionar la canción y ajustar el volumen, por ejemplo.
Ahora bien, hablando del mundo de soluciones “propietarias” existen varias opciones para conectar reproductores de Apple y, recientemente, de Microsoft. Como el más popular es el iPod, hay de todo y para todos. Si el estéreo de fábrica está preparado, a través del cable especial se conecta el MP3, se reproduce la música y se controla con el mismo estéreo, además de que la batería se continúa cargando. De esa forma, es más o menos sencillo utilizar este método y se puede, incluso, instalar en la guantera para olvidarse de él (ojo con el valet parking, si tiene llave su guantera, ya la hizo).
Pero, ¿qué viene? Sigue siendo engorroso todo esto del MP3, el cable, el aparato, etc. Algunos coches ya tienen un disco duro para almacenar canciones, pero todavía no es generalizado su uso. Otros, incluyen un conector USB por medio del cual es posible disfrutar de las canciones grabadas en cualquier memoria. Las opciones están, pero la facilidad de uso no existe. En un aparato con mil o dos mil canciones, encontrar la que uno quiere puede ser todo un reto, peor si además se está manejando. Falta mucho por hacer y algunas firmas tecnológicas tienen grandes planes, pero mientras existe un estándar (si es que algún día lo hay) tendremos que aguantarnos con las adaptaciones de cables y demás artilugios para, finalmente, escuchar lo que queramos.