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¡Aplicaciones al rescate!

Vaya que estuvo llena de anuncios la semana pasada. El martes Apple hizo lo propio y lanzó la versión intermedia entre el iPod y el...

Vaya que estuvo llena de anuncios la semana pasada. El martes Apple hizo lo propio y lanzó la versión intermedia entre el iPod y el iPad, mejor conocida ahora como el iPad mini. Una tableta que viene a llenar perfectamente el pretexto de una compra no necesaria: “necesito una mini”. Además, claro, lanzó versiones actualizadas de sus equipos iMac y MacBook. El jueves, Microsoft finalmente anuncia la disponibilidad de Windows 8 y la tableta Surface.

Y hace ocho días escribí en este espacio algunas consideraciones sobre la salida de Windows 8 al mercado –gracias por tus comentarios- y al final terminé diciendo que en el futuro Microsoft tal vez sea más recordado por Office que por el propio Windows.

¿A dónde voy? Sencillo. La guerra que viene será en el mercado de las aplicaciones. A los que nos gusta la tecnología sabemos, de memoria, las características de nuestros gadgets. Sistema operativo, cantidad de memoria RAM, hasta cuánto aguanta la expansión en tarjetas microSD, tipo de procesador, resolución en pantalla y mucho más. Pero somos una inmensa minoría. Al común denominador de la gente no le interesan tanto estos temas ni datos técnicos. ¿Entonces?

Parece que lo más importante está siendo el asunto de las aplicaciones. Pongamos el ejemplo del Windows RT, esa versión como “light” del operativo más usado en el mundo que acaba de ver la luz. No funciona con los programas anteriormente desarrollados para Windows, así es que los que lo usen, tendrán que conformarse con las aplicaciones disponibles a través de la tienda en línea.

Algo parecido sucede con iOS, Android, BlackBerry y demás “plataformas”, los usuarios extienden y aprovechan las ventajas de sus aparatos por medio de las famosas “apps” o aplicaciones que se encuentran disponibles en las tiendas.

En este sentido parece que nadie tiene la ventaja. Por un lado, Microsoft con su eco-sistema pretende llegar a la pantalla de la tele con Xbox, del teléfono con Windows Phone y de la tableta con Windows RT. Millones de clientes potenciales. Apple por otra parte es el que más camino tiene avanzado con iPod, iPad, iPhone y Apple TV, aunque también existe ya una tienda de aplicaciones para el OS X desde hace un par de versiones. Más millones de clientes. Android es el menos “expandido” ya que no cuenta con una línea de computadoras, pero sí de tabletas y por supuesto teléfonos. BlackBerry hará lo propio con la versión 10 de su sistema, que se espera en el 2013.

Ante este panorama, ¿qué tan importante será el sistema operativo? Sin duda cada vez menos. La gente comprará sus gadgets para poder usar Facebook, para tuitear, para acceder al navegador y, claro, para tener las aplicaciones de moda. Si hablamos de juegos, Angry Birds es un claro ejemplo de que no importa el fondo sino la forma.

Tomemos como ejemplo la Surface de Microsoft. He leído decenas de comentarios que dicen “es una basura porque no sirven los programas de Windows” ¡Claro! Los que escriben no son el target de este producto, pero hay que imaginar por un momento el otro 99% de posibles compradores que no pueden recitar de memoria las características técnicas de su gadget, ni les interesa.

Ahí está el negocio. Los grandes fabricantes de programas –qué por cierto cada vez son menos- seguramente ofrecerán sus productos para todas las plataformas, en todas las tiendas, con muchas versiones. Esos son los clientes del futuro. Lejos está el día en que acudíamos a la tienda a comprar un software…

El mercado se pone cada vez más fácil y más difícil a la vez. Desde el punto de vista del desarrollador, existen todas las oportunidades para poder vender, quedándose con buena parte de las ganancias. Y, claro, es más difícil para los creadores de las plataformas pues ya no hay lealtad. He escuchado a más de un usuario de hueso colorado de iPhone decir “ahora sí ya me voy a pasar a Android, no compraré el iPhone 5”, y ¿por qué pueden decir eso? Entre otras cosas, porque las aplicaciones más populares y famosas de la tienda de Apple comienzan a estar disponibles en el Google Play de Android. Lo mismo llegará a pasar con Windows Phone y tal vez con BlackBerry.

Así es que, en este mercado de constantes cambios, hay que investigar bien las tiendas de aplicaciones antes de decidir o recomendar qué equipo comprar. El secreto está en las aplicaciones.

 

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