Pues ya, Donald Trump ya es presidente de Estados Unidos. Hace apenas unos meses, esto parecía imposible y, es más, hubo medios de ese país que empezaron a cubrir su campaña con reporteros de espectáculos.
Y es que Trump, durante años, estuvo más cerca de la farándula que de la política, así que es un ser mediático que, inclusive, tiene su estrella en el Paseo de la Fama y se hizo famoso en la televisión cuando estrenó su reality show El Aprendiz en 2004.
Además, Trump supo aprovechar las tecnologías para hacer llegar su mensaje a las personas correctas en los momentos indicados, contrarrestando esa idea que a veces se tiene de que las personas de mayor edad no se llevan muy bien con los gadgets. No es un millennial Youtuber, pues.
Mientras hace ocho años se hablaba de la Blackberry de Obama, hoy, el Twitter de Trump es su principal herramienta para expresar su posición ante la política, la economía y la sociedad estadounidense y mundial.
Sí, Twitter, esa red social que algunos dicen que ya vive sus últimos días, está demostrando que lo importante no es su plataforma, sino lo que los usuarios dicen en ella, y cuando la usa el político más poderoso del mundo, parece que todavía tiene mucha vida por delante.
Por ejemplo, a través de Twitter, Trump ha difundido mensajes polémicos, como las amenazas a las empresas automotrices que tenían planes para establecerse en México, y ha logrado hacer el ruido suficiente como para que esas compañías cambien rápidamente de opinión, además de colocar el tema en la opinión pública en cuestión de minutos.
Así, Trump demuestra cómo una persona poderosa puede aprovechar las redes sociales para amplificar su mensaje, y hasta se da el gusto de menospreciar a los medios de información “tradicionales”, como la televisión, atacándolos de manera directa y hasta –literalmente- en su cara.
El Twitter de Trump es tan importante, que uno de los temas más relevantes durante la toma de posesión de hace unas horas fue el cambio entre las cuentas de él y Obama, así como entre las Primeras Damas. Además, el magnate ya dijo que seguirá tuiteando y haciendo los comentarios que quiera en su propia red social.
Aunque muchos esperaban que Trump “moderara” su postura al llegar a la Casa Blanca, parece que durante su primer discurso como presidente lo único que quizá moderó fue su lenguaje, porque sus políticas, al menos hasta ahora, parece que seguirán siendo las mismas.
January 20th 2017, will be remembered as the day the people became the rulers of this nation again.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) January 20, 2017
Así que esas imágenes de las ruedas de prensa y los jefes de medios que rodean al presidente de Estados Unidos, como las de House of Cards, ahora quizá se convertirán en los pulgares de Trump operando su smartphone (o los de su community manager, que para el caso es lo mismo).
Twitter se convertirá en el medio más influyente del mundo, al menos políticamente hablando. Así de simple.