Un estudio realizado en la Universidad de Aalborg, en Dinamarca, demostró por qué los usuarios que tienen un dron deben de ser muy cuidadosas; y es que podrían convertirse en auténticas navajas voladoras.

Los estudiantes de la universidad querían saber cómo era el impacto de un dron, especialmente de sus hélices, en el cuerpo humano; para simularlo utilizaron carne de puerco y el resultado es muy poco agradable (pregúntenle a Enrique Iglesias…)

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